Los altos niveles de deuda están quebrando la confianza en EE.UU.: cómo los ahorradores e inversores pueden proteger sus activos


Martín Ruetschi / Keystone
James Carville, quien fuera asesor del presidente Bill Clinton, lo resumió en la década de 1990: «Antes quería renacer como presidente, papa o estrella del béisbol. Pero hoy preferiría nacer como un mercado de bonos. Puede intimidar a cualquiera».
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Hasta ahora, el mercado de bonos no ha perdido nada de su poder. La ex primera ministra Liz Truss aprendió esto a las duras penas en 2022: sus planes de reducción de impuestos provocaron el desplome de los precios de los bonos del gobierno británico, el Banco de Inglaterra tuvo que intervenir y Truss pronto pasó a la historia.
En abril de este año, incluso Donald Trump estuvo bajo presión. Tras su anuncio de drásticos aumentos arancelarios, los inversores expulsaron en masa los bonos del gobierno estadounidense de sus carteras. Los rendimientos aumentaron: una señal de advertencia de los mercados. Menos de dos días después, Trump cedió: los aranceles se pospusieron por 90 días. El presidente había comprendido quién marca realmente el ritmo. No él, sino el mercado de bonos del Tesoro.
Esta reacción reveló el punto débil del presidente estadounidense: el mercado de bonos. Los bonos son deuda y, por lo tanto, el punto delicado de todo gobierno altamente endeudado. En 2024, el déficit de la balanza de pagos de Estados Unidos fue de 1,130 billones de dólares, y el déficit presupuestario fue incluso de 1,833 billones de dólares. Según los expertos, es poco probable que estos déficits desaparezcan incluso con recortes gubernamentales y nuevos ingresos procedentes de los aranceles. Tendrían que financiarse mediante nueva deuda.
Se espera un fuerte aumento de la deudaEl Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), una asociación global de instituciones financieras, también advierte de esto en su último informe de seguimiento de la deuda. Si Donald Trump extiende los recortes de impuestos de 2017, la tasa de deuda podría aumentar del 100 por ciento del PIB actual a casi el 130 por ciento en 2034. El resultado: una inundación aún mayor de bonos del gobierno estadounidense. Pero lo que está en duda es si los mercados seguirán aceptando esta medida, y a qué precio.
Las políticas de Trump se consideran riesgosas, especialmente debido a los constantes desaires a sus socios de larga data. Alrededor de una cuarta parte de la deuda estadounidense está en manos de extranjeros, y la mitad de esta en manos de gobiernos. Para que puedan seguir comprando bonos estadounidenses, hay que considerar a Estados Unidos un socio fiable. De lo contrario, será más difícil colocar su deuda en el mercado en el futuro. Y más caro: los inversores exigirían mayores rendimientos.
Los bonos del gobierno estadounidense como columna vertebral del sistema financieroSi así fuera, el gobierno norteamericano tendría que pagar intereses más altos sobre su deuda (pero no sólo ella). Dado que los bonos del gobierno estadounidense sirven como una especie de columna vertebral del sistema financiero global, las empresas estadounidenses también tendrían que pagar más por el capital prestado. Y los hogares privados tendrían que soportar tasas de interés hipotecarias más altas para adquirir una vivienda.
Los expertos del mercado financiero consideran que esta evolución es extremadamente peligrosa. Los bonos del gobierno estadounidense hasta ahora han actuado como una especie de refugio seguro en los mercados financieros. Esto siempre ha sido evidente en tiempos de crisis, cuando los inversores huyeron hacia los valores. Si los bonos del gobierno estadounidense desaparecieran como inversión prácticamente libre de riesgos y reserva de valor, esto dejaría un gran vacío en los mercados financieros.
«Estados Unidos está pasando cada vez más de ser un garante de estabilidad a ser una fuente de incertidumbre global», afirma Christof Reichmuth, socio comanditario del Banco Reichmuth en Lucerna. Critica el "activismo frenético" del gobierno estadounidense, que se expresa, entre otras cosas, en anuncios erráticos de aranceles punitivos y maniobras geopolíticas. Después de 100 días bajo el gobierno del presidente Trump, la otrora irresistible atracción de la economía estadounidense ha desaparecido.
Crítica de las ideas del asesor económico Stephen MiranReichmuth también está sorprendido por el nombramiento de Stephen Miran como asesor económico de Trump. Esto ha llevado al gobierno de Estados Unidos a considerar ideas como una devaluación del dólar o incluso una conversión forzada de los bonos del Tesoro estadounidense a corto plazo en bonos gubernamentales a cien años (si estos bonos serían alguna vez reembolsados es otra cuestión).
El asesor de Trump, Miran, también ha propuesto la introducción de una tasa sobre las reservas de dólares en poder de los bancos centrales. “Esta especulación daña enormemente la confianza en Estados Unidos como deudor y disuade a los inversores”, afirma Reichmuth. Es probable que el mercado financiero estadounidense sufra por la incertidumbre actual.
Los acontecimientos en EE.UU. son tan relevantes para los ahorradores e inversores suizos y de otros países europeos como para los inversores estadounidenses, ya que afectan a constantes fundamentales del sistema financiero. No se puede descartar la compra de deuda por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos o una nueva crisis financiera y de deuda.
Los gestores de activos recomiendan activos tangiblesEn este contexto, Reichmuth aconseja a los inversores centrarse en los activos tangibles. Entre ellos se incluyen bienes raíces, oro y acciones. Hay excelentes empresas en el mercado de valores de Estados Unidos, pero el mercado está muy valorado. En la actualidad, el mercado bursátil europeo parece más atractivo que el americano. Reichmuth recomienda invertir en empresas con altos dividendos que podrían beneficiarse del estímulo fiscal. Aunque los bonos gubernamentales europeos conllevan menores riesgos que los bonos gubernamentales estadounidenses, tampoco encuentra en ellos ningún atractivo.
Thomas Stucki, jefe de inversiones del Banco Cantonal de San Galo (SGKB), recomienda invertir en acciones suizas que dependen menos de la economía y ofrecen buenos pagos de dividendos. En su opinión, el oro, un metal precioso, cumple el papel de refugio seguro. “Sin embargo, surge la pregunta de si el oro sigue siendo atractivo al nivel de precios actual”, afirma. El viernes, una onza troy de oro (31,1 gramos) costaba 3.336 dólares; En un año, el precio ha aumentado más del 40 por ciento.
El oro es un valor seguro para Reichmuth a pesar del fuerte aumento de precios. "Un riesgo, sin embargo, es que el presidente estadounidense posee grandes reservas de oro y no está claro cómo las manejará".
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