De profesión madre y representante de famoso, un arraigado fenómeno español

Cuántos titulares dio en tiempos aquella idealizada figura de «la madre de la Pantoja». La recordada doña Ana Martín de Pantoja inauguró sin seguramente proponérselo una figura relevante e inmortal que, como tal, se ha perpetuado en el tiempo, la de la madre representante de famoso. Y no es que se trate de una figura todavía vigente, sino que vive hoy época de auge y esplendor con casos tan notables como los de Rosalía, Dulceida o Lola Lolita.
Qué tiempos aquellos en los que se veía a la señora Ana guiando a su Isabel Pantoja en aquellos primeros años de carrera de la tonadillera. Era madre, pero también representante, supervisora y hasta guardaespaldas si la cosa se ponía fea, pues carácter no le faltaba precisamente. Iba con ella a cada concierto, cada entrevista y cada negociación de contrato. Fuera se conocen con el nombre de 'momagers', una figura arraigada en todo el mundo en realidad, pero con raíces profundamente características en España.
De alguna manera, aquella alianza entre Isabel Pantoja y su madre tuvo una sucesión bastante insólita y hasta paródica con aquella pareja que protagonizaron Margarita Seisdedos y la inclasificable artista Yurena. Aquella abnegada madre acompañaba a su hija a todas sus actuaciones y apariciones televisivas hasta alcanzar prácticamente la misma o hasta más notoriedad que su representada. Ejemplo abrasivo de madre coraje, no dudaba en sacar su bolso para arremeter contra cualquier molestia. Tristemente, falleció en 2019, pero nadie la olvida.
Pilar Tobella es una versión bastante más moderna de las anteriores. Es la madre de Rosalía y la persona que vigila y controla su carrera. Y parece que con innegable éxito. Abandonó su trabajo como directora comercial de una empresa familiar para convertirse en la administradora de Motomami S.L., la empresa que lleva la carrera de la internacional y multimillonaria artista.
El mundo influencer propone otra versión avanzadísima de la mamá representante. Es el caso de Anna Pascual, la madre de Dulceida, quien decidió llevar los pasos de su hija cuando vio que el éxito la creadora de contenido la desbordaba. Le fue tan bien y le gustó tanto que creó una empresa de representación con clientes como Melyssa Pinto y Susana Molina (La Isla de las Tentaciones), el cantante de OT Raoul Vázquez, el MasterChef Jorge Brazalez o hasta su nuera, Alba Paul, también influencer.
Muchos consideran a Lola Moreno, aka Lola Lolita, como la evolución natural de Dulceida en las redes sociales. Su hermana, Sofía Moreno (aka Sofía Surfers), también vive de esto. Y sí, es la madre de ambas, Lola, quien les lleva todo el tinglado. En 2022 tuvo una visión y fundó su propia agencia de influencers, Lolita Manager, que elabora estrategias de contenido y dirige los designios de unos cuantos famosos (o parecido) de las redes sociales.
Y qué decir de la televisión. Hay suficientes exclusivas listas para ser firmadas y ahí se necesita gente experta. José María Almoguera no lo pudo tener más fácil perteneciendo al clan Campos, que de esto sabe un rato, y se encomendó a su popular madre, Carmen Borrego, para iniciar sus pasos dentro del lucrativo mundo de las entrevistas en plató y las portadas de revistas. Ella fue quien le vendió la exclusiva de boda con Paola Olmedo, aunque ahora parecen algo enfadadillos. Nada que no se pueda arreglar delante de unas cámaras y tras previa transacción.
Obviamente, el mundo del fútbol no se podía quedar dentro de este rápido repaso a la figura de la madre representante. Es fácil ver en cualquier campo amateur a padres y madres acompañando a sus hijos a ver si el talento les da para retirarles a todos. Muchas veces provocan escenas de sonrojo, aunque otras su persistencia y fe les lleva a cumplir su sueño. Es lo que pasó con Fayza, la madre del futbolista francés Kylian Mbappé, del Real Madrid. Esta mujer de increíble carácter ha hecho sufrir como pocos a jeques y poderosos como Florentino Pérez. Sus reuniones para negociar los contratos de su hijo se recuerdan como épicas, extenuantes o indeseables, según quienes lo cuenten.
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