Educación manda paralizar una jornada en defensa del valenciano en el instituto saguntino Clot del Moro
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La mayoría de los profesores del instituto del Clot del Moro de Sagunt acordaron organizar el pasado jueves, 20 de febrero, una jornada informativa en defensa del valenciano como lengua base en la enseñanza. Se trataba de incluir algunas lecturas en la lengua autóctona al final de las clases y de otras actividades para subrayar los beneficios de estudiar en valenciano para adquirir el conocimiento de las dos lenguas oficiales, dado el predominio social del castellano. El claustro de profesores ya se había pronunciado el pasado mes de noviembre en contra de la Ley de Libertad Educativa, aprobada por el PP y Vox, en virtud de la cual se realizará, entre este martes, 25 de febrero, y el 4 de marzo, una polémica consulta telemática a 570.000 familias de los alumnos que cursan el segundo ciclo de Infantil, Primaria o los tres primeros cursos de la ESO, sobre la lengua base (valenciano o castellano) de la enseñanza.
Sin embargo, a primera hora del pasado jueves, el instituto, con más de un millar de estudiantes, recibió una llamada de la Inspección, dependiente de la consejería de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, dirigida por José Antonio Rovira, en la que pedía paralizar la jornada dedicada al valenciano y se amenazaba al profesorado implicado con un “requerimiento administrativo” si no se abortaba la iniciativa. Los docentes, convocaron entonces una asamblea que decidió parar la jornada y modificar aquello que entrara en conflicto con las demandas de la inspección educativa para continuar con las actividades este martes, si bien estas estarán más centradas en las ventajas de la educación bilingüe.
La rápida reacción de la inspección para impedir la celebración de una serie de actividades sobre la lengua minoritaria, históricamente minorizada, ha causado sorpresa. Fuentes de la consejería de Educación han explicado a este periódico que “tuvo conocimiento de que el IES El Clot del Moro de Sagunt había organizado para el lunes 20 de febrero una jornada “Sí al valencià” durante el horario lectivo, lo que suponía suspender las clases habituales”. No obstante, la jornada no tenía previsto suspender ninguna clase. La idea era dedicar unos minutos de cada una a lecturas de un poema, por ejemplo, u otras actividades, además de montar un karaoke valenciano a la hora del patio.
“Desde Conselleria”, continúan las misma fuentes de Educación, “se envió a Inspección Educativa al centro para indicarles que debían cumplir el horario de las clases. Además, se les recordó que los centros públicos son administración y sus trabajadores funcionarios, por lo que no deben instar a elegir una lengua u otra. La Conselleria de Educación es neutral en todo el proceso y la Inspección educativa se ciñe al estricto cumplimiento de la ley”, añaden las fuentes citadas.
La consulta ha dividido en gran medida a la comunidad educativa y lo padres y ha supuesto una carga adicional de trabajo, además de desviar la atención de la enseñanza con una iniciativa ajena al día a día. Los principales sindicatos de la enseñanza se han manifestado contrarios a la consulta y han convocado movilizaciones. Directores de Infantil, Primaria y Secundaria de Alicante vaticinan un “caos” tras la consulta de la lengua base porque no se podrá atender a las demandas, entre otras razones.
Rechazo frontalEste mismo lunes, el profesorado del departamento de Didàctica de la Llengua i la Literatura de la Universitat de València (UV) ha mostrado su “rechazo frontal” a la consulta por considerar que transmite la idea de que las lenguas son instrumentos de “diferenciación, división y segregación”. En un comunicado, este departamento advierte de “las graves consecuencias” que esta consulta, que arranca este martes entre las familias del alumnado, tendrá para el sistema educativo valenciano.
Sostiene que la consulta “transmite la idea de que las lenguas no son un tesoro cultural que debe ser amado y protegido, y cuyo acceso y conocimiento han de garantizarse a todo el alumnado, sino un instrumento de diferenciación, división y segregación”. “Desde el punto de vista científico, no hay razón alguna para diferenciar al alumnado en función de su lengua. De hecho, siempre que se garantice una exposición rica y significativa a los idiomas -especialmente necesaria en el caso de lenguas que viven una situación de minorización y pérdida de usos, como el valenciano- la didáctica avanza hacia modelos de enseñanza multilingüe, no hacia la separación de los idiomas en compartimentos estancos e incomunicados”, afirma.
El presidente valenciano, Carlos Mazón, del PP, animó a votar el pasado sábado, con el fin de que el valenciano ya no se vuelva a “utilizar como herramienta ideológica en las aulas de la Comunitat Valenciana”. En este sentido realizado un llamamiento a “la participación libre, ya que cuantas más familias ejerzan su derecho al voto, mejor se ajustará la oferta a sus demandas”, y sostuvo que “los dictados en torno a cómo actuar, pensar, en qué idioma hablar o dónde educar a nuestros hijos han quedado atrás”. El líder del PPCV indicó que están “del lado de las familias para que los alumnos de nuestro territorio puedan tener la mejor formación posible, con los mejores medios”, lo que ha contrapuesto con el modelo del anterior Gobierno de de izquierdas (PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem), en que “primaba la policía lingüística y la propaganda”, según sus palabras. Mazón, que solo habla valenciano en contadas ocasiones, volvió a la carga contra lo que considera un “adoctrinamiento, que solo ha traído división, agravio y frustración para muchos padres y madres”.
El valenciano retrocedió ocho puntos con respecto a 2015 en su uso social, en casa y entre amigos, dos ámbitos privados claves en el análisis sociolingüístico del estado de una lengua, según la última Enquesta de coneixement i ús social del valencià, elaborada en 2021 pòr la Consejería de Educación, Cultura y Deportes. El crecimiento del alumnado inmigrante y el dominio del castellano en las nuevas tecnologías y en las redes sociales son algunas de las razones que explican este retroceso en el uso social, que también se ha detectado en Cataluña y Baleares.
Por el contrario, se ha incrementado en seis puntos el porcentaje de personas que saben escribir perfectamente o bastante bien en valenciano; en casi cinco puntos las que saben leerlo y en más de tres puntos las que lo entienden, gracias sobre todo a su extensión en el sistema educativo.
EL PAÍS