Efecto dominó en la Provincia

La condena efectiva a Cristina Fernández de Kirchner sin dudas es uno de los hitos más trascendentes de nuestra actualidad e historia, que viene a romper estructuras políticas y generar un contraste significativo a la vez que un nuevo orden sin grandes respuestas por el momento.

Lo que inicia son un montón de preguntas a partir de este sismo político para entender no solo cómo se reconfigura el espacio peronista sino también qué sucederá en las próximas elecciones nacionales y de la provincia de Buenos Aires. Es por ello que quizá esta columna tenga más preguntas que respuestas, pero es una invitación a reflexionar.

Fuera de competir Cristina en la tercera sección electoral, lo cierto es que se producen movimientos intra y extrapartidarios. Podemos pensar, en primera instancia, si esto beneficia o perjudica al presidente Milei y a La Libertad Avanza. La disputa entre la expresidenta y el gobernador de la provincia de Buenos Aires quedó desactualizada y otra propuesta electoral competitiva deberá emerger. No vamos a hacer afirmaciones, pero una línea de ideas podría precisar que con Cristina fuera de la cancha (electoral) Axel podría unificar a la mayoría del peronismo, que optaría por encolumnarse detrás suyo. Pero la figura de Cristina va mucho más allá de un espacio temporal tan corto. Su imagen como emblema y símbolo ya pertenece a nuestra historia. Su liderazgo indiscutible para quienes la quieren y no solo abona la identidad política de un espacio construido que identifica a muchos argentinos.

La pregunta que cabe es si Cristina sabía previamente esta decisión de la Corte; y si así fuese, parte de una estrategia mayor, o los tiempos políticos se aceleraron.

Ahora, interesa abonar a estas líneas el impacto de la fotografía actual que naturalmente lleva a una reorganización de fuerzas políticas dentro del peronismo y, con ello, una propuesta electoral. Es entonces que queremos plantear distintos escenarios posibles a los fines de echar luz sobre los procesos e ingeniería electoral próxima al 7 de septiembre, que es la fecha (por ahora, si no hay cambios) de las elecciones desdobladas para la Provincia.

Interesa analizar si el liderazgo de Kicillof podrá aunar voluntades suficientes para las listas que van a competir. Es decir, si en este contexto el gobernador salió finalmente fortalecido. En este marco, las inquietudes son varias, nos planteamos dos hipótesis: si la elección sin Cristina podría nacionalizarse como hubiera parecido ser si competía en la tercera sección electoral con su gran volumen de electores, o si finalmente la tracción la realizarán los intendentes, plebiscitando gestión en una elección legislativa.

Se dice que es una elección dividida en ocho secciones, y tal vez algo de realidad se encuentre ahí, cada municipio, cada sección, con su sociodemografía, tienen liderazgos, proyecciones e idiosincrasias muy diferentes. Un tablero muy heterogéneo entre el primer y tercer cordón, con el resto del interior y sus banderas políticas. Y esto repercute en que cada gestión local tiene un peso propio, con sus intendentes, donde las mayorías siguen sin pintarse de violeta, por eso la nacionalización o municipalización son dos estrategias opuestas y con resultados, seguramente, diferentes.

Ahora, en el escenario político nos quedan fotos, sin duda la polarización, lo que lleva eso en la movilización popular, en la calle y por redes. La reconfiguración de las alianzas políticas, oposición, movimientos populares y, por último, qué es lo próximo, cómo se reformula el discurso, tanto seguidores como detractores, en su nueva narrativa de poder. Que sin dudas apelará al uso de la injusticia y persecución política por un lado, y por el otro aun incierto, un gran problema para el oficialismo si no encuentra un enemigo pronto.

La condena a Cristina es un punto de inflexión que intensifica el debate político donde la dinámica dependerá de cada espacio, a partir de un efecto dominó.

*Politóloga y analista política. Miembro de @asacop