La japonesa Nippon Steel alcanza un acuerdo con Trump para cerrar la compra de U. S. Steel
El candidato Donald Trump dijo que vetaría la compra por la japonesa Nippon Steel de la mayor siderúrgica estadounidense, U. S. Steel, cuando llegase al cargo. El presidente Trump, menos de cinco meses después de llegar al cargo, ha llegado a un acuerdo para que se cierre la operación, levantando un veto que había impuesto su predecesor, Joe Biden, alegando razones de seguridad nacional.
El presidente ha firmado un decreto este viernes autorizando la multimillonaria operación, cifrada inicialmente en unos 14.100 millones de dólares, sujeta a la aceptación de una serie de condiciones que por el momento no se han hecho públicas. Las compañías enseguida han salido a anunciar que han sellado su “alianza”, que en realidad es la compra de la centenaria empresa estadounidense por parte de la japonesa.
Biden vetó la operación ante la presión de los sindicatos, opuestos a que la compañía cayese en manos japonesas, a pesar de las promesas de fuertes inversiones, de mantenimiento del empleo y de gobernanza. U. S. Steel tiene su sede en Pensilvania, uno de los Estados más decisivos en las elecciones presidenciales, en el que el voto de los trabajadores industriales puede resultar decisivo.
Trump ha sido capaz de hacer lo contrario de lo que dijo y presentarlo como un gran triunfo. Las compañías están encantadas. “Agradecemos al presidente Trump y a su Administración por su liderazgo audaz y su firme apoyo a nuestra histórica alianza. Esta alianza traerá consigo una inversión masiva que beneficiará a nuestras comunidades y familias durante generaciones. Esperamos con interés poner en práctica nuestros compromisos para que la siderurgia y la industria manufacturera estadounidenses vuelvan a ser grandes”, han señalado en un comunicado con un guiño al lema trumpista incluido.
Las condiciones de la operación se han detallado en un acuerdo de seguridad nacional del que el Gobierno de Trump no ha informado, pero algunos de cuyos puntos han publicado las compañías. Ese acuerdo establece que se realizarán nuevas inversiones por valor de aproximadamente 11.000 millones de dólares hasta 2028, lo que incluye la inversión inicial en un proyecto totalmente nuevo que se completará después de 2028.
El acuerdo de seguridad nacional también incluye compromisos relacionados con la producción nacional y cuestiones comerciales y sobre la gobernanza. Nippon Steel ya había ofrecido acuerdos sobre esas materias al Gobierno de Biden sin éxito. La novedad ahora es una acción de oro emitida a favor del Gobierno de los Estados Unidos, de la que no se conoce qué poderes concretos otorga ni en qué términos.
El senador por Pensilvania David McCormick habló de esa acción de oro hace unas semanas. “La estructura de control va a ser algo único”, afirmó en una entrevista en la CNBC. “Habrá un consejero delegado estadounidense, un consejo de administración mayoritariamente estadounidense y, además, una acción de oro, que básicamente requerirá la aprobación por parte del Gobierno estadounidense de varios miembros del consejo, lo que permitirá a Estados Unidos garantizar que no se reduzcan los niveles de producción y cosas por el estilo", explicó.
Nippon Steel ya ofreció a Biden que la compañía mantendría su sede en Pittsburgh (Pensilvania), que los principales directivos y la mayoría de los miembros del consejo serían estadounidenses, que daría prioridad a la producción en U. S. Steel para satisfacer la demanda del mercado siderúrgico estadounidense, que no transferiría capacidad de producción ni puestos de trabajo al extranjero, además de garantizar ciertos compromisos comerciales. Nada de eso bastó entonces para que el presidente rompiese su promesa de vetar la operación.
Los aranceles del 50% a la importación de acero impuestos por Trump aumentan el atractivo de la compra de U. S. Steel para la empresa japonesa. Las compañías han completado también el proceso de revisión del Departamento de Justicia y con el decreto de Trump y el acuerdo de seguridad nacional, ya han obtenido todas las autorizaciones reglamentarias necesarias para la asociación, que se espera que se formalice en breve.
La oposición de Trump a la operación se mantuvo incluso después de las elecciones, cuando ya era presidente electo. En diciembre, por ejemplo, esta era su posición: “Estoy totalmente en contra de que la otrora grande y poderosa U. S. Steel sea comprada por una empresa extranjera, en este caso Nippon Steel de Japón. A través de una serie de incentivos fiscales y aranceles, haremos que el acero estadounidense vuelva a ser fuerte y grande, ¡y será RÁPIDO! Como Presidente, voy a bloquear que este acuerdo se cierre. ¡¡¡Cuidado, comprador!!!”, escribió Trump en su red social, Truth.
Ahora, gracias a Trump, U. S. Steel será pronto una empresa de propiedad japonesa.
EL PAÍS