El Gobierno autoriza a Arabia Saudí su desembarco en el gigante español de motores de Renault y la china Geely
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Arabia Saudí intensifica su presencia en el tejido empresarial español. Aramco, el gigante petrolero estatal de país árabe, ha obtenido la autorización del Consejo de Ministros para su desembarco en Horse, la compañía española de motores formada por Renault y la china Geely (Link & Co, Volvo Cars, Lotus, etc.) valorada en 7.400 millones de euros.
El Ejecutivo aprobó la compra del 10% de Horse por parte de Aramco el pasado 29 de octubre, según revela ahora en documentación oficial. Riad ha articulado dicha operación a través de la filial de Aramco ubicada en Singapur. Concretamente, Arabia Saudí ha obtenido permiso para comprar el 10% de Horse Powetrain Solutions S.L.U y Horse Powertrain Spain S.L. por 740 millones de euros.
La autorización gubernamental llegó casi un mes antes de que el grupo saudí STC obtuviera el plácet del Ejecutivo para la toma del 10% de Telefónica por 2.100 millones de euros. Horse es una joint venture formada por Renault y el gigante chino Geely para el desarrollo de sus motorizaciones térmicas e híbridas.
La firma participada por el Estado francés decidió ubicar su sede en Madrid hace menos de dos años, después de una pugna con Rumanía, lugar de origen de su marca Dacia que también aspiraba a ostentar dicha sede. En esta compañía se han aglutinado parte de los activos que Renault tiene en España. Horse cuenta con una planta de motores de Valladolid, la fábrica de cajas de cambios de Sevilla y parte del centro de I+D de Valladolid. Ya en 2023, la firma valoró los activos en España en 1.273 millones de euros. Dichas instalaciones emplean aproximadamente a 3.400 trabajadores, lo que supone un 28% de la plantilla de Renault en España. Pero Horse en su conjunto abarca a 19.000 empleados y 17 factorías en todo el mundo.
La idea de esta joint venture es ser el proveedor de motores de diversas marcas además de la insignia gala. Horse Powertrain suministra sus motores a diversos clientes industriales, entre ellos Renault, Geely, Volvo, Proton, Nissan o Mitsubishi. En este proyecto industrial desembarca Aramco. Subraya su posición como una de las empresas integradas de energía y productos químicos líderes en el mundo.
“Esta inversión tiene como objetivo mejorar la contribución de Aramco a la transición energética global a través del desarrollo y la comercialización de soluciones de movilidad más eficientes. Los acuerdos también incluyen acuerdos de colaboración para Aramco y Valvoline en tecnologías, combustibles y lubricantes para mejorar colectivamente el rendimiento de los motores de combustión interna (ICE) de HORSE Powertrain Limited”, señalaba la firma saudí en su desembarco antes de lograr el permiso del Gobierno.
Para controlar las inversiones que los capitales extranjeros están haciendo en España, el Ejecutivo levantó toda una normativa sobre inversiones exteriores en plena pandemia que viene siendo actualizada periódicamente. Bajo este paragua, muchas inversiones foráneas tienen que pasar por el filtro del Gobierno para ser autorizadas, que avalúa su idoneidad desde el punto de vista de la seguridad, la salud y el orden público.
La mayoría de las operaciones acaban pasando el filtro, pero no todas. El pasado verano, el Ejecutivo vetó la compra de Talgo a un consorcio húngaro aludiendo a razones de seguridad. El Ejecutivo esgrimió informes del CNI que apuntaban a que dichos inversores podrían tener relación con el régimen ruso de Vladimir Putin.
Arabia Saudí, por su parte, va extendiendo su presencia en España. Además de las autorizaciones para entrar en Horse y en Telefónica, tiene otras relaciones desde hace años. La propia Aramco es socia de Repsol desde 2020 en proyectos de combustibles sintéticos que se desarrollan en las instalaciones de Petronor en Bilbao. En 2023 anunciaron para esta alianza una inversión conjunta de 103 millones de euros.
Además, de lo anterior, Aramco ha mostrado interés por entrar en la filial de renovables de Repsol. La compañía saudí contrató a BNP Paribas para analizar la compra del 25% de esta división de energía verde. No obstante, las negociaciones van lentas y desde que trascendieron los contactos entre ambas partes en abril de 2024 aún no se han conocido nuevos avances.
Las autorizaciones otorgadas por el Gobierno español a empresas saudíes han coincidido en el tiempo con los nuevos pedidos de buques de guerra de Riad a Navantia. Pocos días después de que se firmaran las autorizaciones de inversión para Telefónica y Horse, la compañía naval participada al 100% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) anunció que construirá tres nuevas corbetas Avante 2200 para Arabia Saudí. Este contrato fue sellado con las máximas autoridades de ambas partes en Riad el pasado mes de diciembre.
“Este contrato supone unos cuatro millones de horas de trabajo para la bahía de Cádiz, generando un impacto de hasta 2.000 empleos (empleo directo, indirecto e inducido)”, señaló Navantia, que prevé trabajo hasta su entrega en 2028. Con esta firma se mantiene la carga de trabajo para los astilleros españoles después de que Navantia ya entregara cinco corbetas construida en la Bahía de Cádiz a la Real Marina Saudí. Esa entrega pertenece a un contrato firmado en 2018 por 1.800 millones de euros.
EL PAÍS