La economía lanza advertencias a los partidos alemanes para que se sienten a negociar cuanto antes
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La economía alemana está en cuidados paliativos. Los datos económicos no paran de mandar señales a los partidos para que se sienten a negociar cuanto antes y así sacar al país del atolladero económico. De momento no hay calendarios fijos, solo pequeños mensajes entre CDU y SPD a través de los medios de comunicación. El vencedor de las elecciones y candidato a canciller, Friederich Merz (CDU), avanzó este lunes que las conversaciones se harán "en los próximos días", pero sin concretar calendarios.
Pero lo cierto es que el primer mensaje lo lanzó la propia noche electoral, cuando en su discurso a la militancia desde la sede del partido conservador dijo que "el mundo no nos espera (...) no espera que hagamos negociaciones largas". Por su parte, sus colegas socialdemócratas dejaron la pelota en su tejado. El copresidente de SPD, Lars Klingbeil, dijo que la iniciativa de las negociaciones "le corresponde a él -por Merz-".
Mientras este partido de tenis político se sucede en Alemania, no dejan de salir datos que cada vez confirman más la necesidad de coger el toro por los cuernos y empezar a trabajar para hacer resurgir la economía del país. El último fue la confirmación de que el crecimiento del último trimestre de 2024 la economía cayó un 0,2%, una revisión a la baja hecha por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
El organismo achaca este mal desempeño a una "reducción significativa" de las exportaciones, mientras que hubo un aumento del consumo privado y público, este primero beneficiado por unos salarios más altos.
Entre los meses de octubre y diciembre de 2024, las exportaciones cayeron un 2,2% en comparación con los tres meses anteriores. Es decir, esta caída supone la mayor disminución desde el segundo trimestre de 2020, en plena pandemia de la Covid. El hecho de este tremendo hundimiento supone un duro golpe para una economía cuyo crecimiento se basa precisamente en exportar.
El Bundestag (Banco Central) emitía también este mismo lunes un informe en el que mostraba un pequeño rayo de esperanza, ya que aseguraban que la economía del país podría "crecer ligeramente" a principios de año, pero remarcan este estancamiento de la economía seguirá. Las previsiones de crecimiento para 2025 ya se revisaron a la baja por todos los analistas públicos y privados, que lo sitúan en la horquilla del 0,3% al 0,5%.
Finalmente, el último indicador económico que esta semana sirvió para confirmar la parálisis de la economía alemana fue el de confianza empresarial elaborado por el instituto de estudios económicos Ifo, con sede en Múnich, que cerró febrero en los 85,2 puntos, frente a los 85,1 del primer mes del año.
Los empresarios teutones se muestran muy pesimistas con su evaluación de la situación actual. El índice de este componente cayó un punto con respecto al mes anterior, quedándose en los 85 en febrero. Es cierto que las expectativas han mejorado algo, ya que las elecciones ya marcaban un cambio de rumbo hacia la derecha conservadora tras los comicios de este domingo. En concreto, el índice pasó de los 84,3 puntos en enero a los 85,4 de febrero.
En un estudio realizado por los investigadores del Real Istituto Elcano, Pablo del Almo y Miguel Otero, hablan de "los siete males" de la economía alemana y uno de ellos tiene que ver con "su dependencia del sector exportador". Los expertos resaltan que "siempre que la economía mundial, y sobre todo las grandes economías -China y EEUU- crecen menos, Alemania sufre.
Con respecto a esto, reiteran que "Alemania está inmersa en una crisis de identidad profunda. El mundo abierto y liberal que ha sido clave para su milagro económico, se está desmoronando y los posibles aranceles de EEUU, la agresión rusa en Ucrania y la creciente competencia de China asustan a muchos alemanes" y la gran coalición va a tener que hacer frente a esto para ponerle solución.
Los dos partidos mayoritarios tendrán que trabajar duro y rápido para llegar a consensos y solucionar estos "males" que convierten a Alemania en "el hombre enfermo de Europa". El tiempo juega totalmente en su contra.
El economista jefe de ComerzBank, Joerg Kraemer, augura que es probable que la futura coalición "acuerde más fondos para las infraestructuras, lo que es bueno para las empresas". Pero advierte que los partidos tienen opiniones diferentes en muchas otras áreas de la política económica, como la política fiscal, social y climática. "Esto empaña la perspectiva de un verdadero reinicio de la política económica, que sería urgentemente necesario después de cinco años de estancamiento", reitera.
Viendo los "siete males" a los que se enfrenta la economía alemana y los idearios de los partidos, se puede ver en qué puntos habrá más fricciones y en cuales reinará el consenso.
Inversión pública y privadaEn la campaña se habló mucho del freno a la deuda y su modificación. Esta dureza en la política financiera fue, precisamente, lo que lastró la inversión privada y pública.
"Durante los largos años de reinado de Angela Merkel, que estuvieron marcados por la crisis del euro, Alemania crecía y la obsesión era reducir la deuda para ser un ejemplo para el resto de Europa", explican los expertos de Elcano.
Como consecuencia de esto, hubo un descuido en cuanto a la inversión en infraestructuras y la digitalización. En el país es muy complicado pagar con tarjeta de crédito, los trenes sufren retrasos y "hasta se caen los puentes", dicen.
La solución de Pablo del Almo y Miguel Otero a este mal es clara: "Eliminar el freno a la deuda recogido en la Constitución".
Aquí empieza el primer punto de choque entre los grandes partidos. Los socialdemócratas, encabezados por Olaf Scholz, son favorables de reformar el freno a la deuda, aportando mayor flexibilidad al país a la hora de endeudarse.
El socialdemócrata propone un plan fiscal expansivo para 2025, aprovechando la baja deuda y déficit público de Alemania, con el objetivo de impulsar el crecimiento económico anual hasta un 2%. Este plan incluye inversiones significativas en infraestructura y en la transición hacia una economía más ecológica, así como el aumento de impuestos a las rentas altas y los beneficios a las empresas.
Por su parte, Merz, tonteó con la idea de hacer esa reforma, pero "siempre y cuando los fondos se destinen a inversiones esenciales y no a gastos corrientes o transferencias sociales". Aquí podría haber un punto de encuentro entre ambos, salvo por los recortes en el gasto social que plantea el conservador, sobre todo a los migrantes. El objetivo de crecimiento que tiene el democristiano es igual al de Schozl, el 2%, pero a través de vías diferentes.
La clave fiscal de Merz es la de reducir impuestos a las empresas, como el de Sociedades del 40% al 25%, así como incentivos fiscales para la inversión en materia tecnológica y de energías limpias. Por lo que ambos líderes chocarán en materia tributaria hacia las grandes compañías.
Con todo, y a pesar de los puntos en común, ambos partidos tendrán que buscar el apoyo de dos tercios del Bundestag más fragmentado de la historia del país, por lo que podría ser inviable abrir esa reforma constitucional. El cordón sanitario le impediría acordar cualquier cosa con la ultraderecha de AfD y los 'neocomunistas' de Die Linke pedirán concesiones más orientadas al amuento del gasto social y el incremento de los impuestos a las rentas altas y a los beneficios de las grandes corporaciones.
El coste de la energíaEl hecho de que la invasión de Ucrania haya puesto fin al gas barato ruso supuso un duro golpe para la industria. En las medidas a corto plazo, ambas formaciones coinciden en bajar los impuestos sobre la electricidad y las tarifas de la red. Al mismo tiempo, plantean un programa de inversión en energías renovables, algo que también puede ayudar a que Los Verdes brinden su apoyo ante la reforma constitucional.
En cambio, ambas formaciones difieren en lo que respecta a la energía nuclear. Mientras que Merz es partidario de fuertes inversiones en este tipo de producción, Scholz cerró las últimas tres plantas operativas en abril de 2023, siguiendo el plan de su predecesora, Ángela Merkel. Por tanto, aquí encontrarán puntos de fricción. También con Los Verdes.
La enorme burocraciaLa eficiencia de Alemania "se hunde en el papeleo y la tramitología", dicen los expertos de Elcano. El exceso de papeleo viene por "el afán de evitar el gasto, el abuso de poder, la corrupción y las malas prácticas", explican. Este problema se puede remediar si, precisamente, se abre la mano con el gasto público, ya que la reducción de la burocracia requiere de inversión.
En septiembre de 2024, durante el mandato de Scholz, el Bundestag aprobó un paquete de medidas propuesto por su gobierno, destinado a simplificar trámites administrativos para empresas y ciudadanos, con un ahorro estimado de casi 1.000 millones de euros anuales.
El socialdemócrata mostró su compromiso con este tema y Merz reiteró que la simplificación burocrática estaba entre sus prioridades para "fomentar la inversión", por eso prometió la creación de un Ministerio de Asuntos Digitales que proporcione las herramientas necesarias a las empresas y así agilizar los trámites burocráticos.
Merz también prometió suprimir la ley sobre la debida diligencia corporativa en las cadenas de suministro, que tiene como objetivo "fortalecer el respeto de los derechos humanos y estándares ambientales en las cadenas de suministro globales".
Pero esta última es una promesa completamente electoralista y un intento de complacer al sector empresarial germano, que se quejaba de los sobrecostes que suponía el auditar a todas las empresas que les distribuían. El Parlamento Europeo aprobó a mediados de 2024 una directiva similar a la alemana y de obligado cumplimiento para todos los países de la UE, por lo que no podrá suprimir este marco legislativo.
Este punto las fricciones serán mínimas y los avances parecen bastante claros al respecto.
Envejecimiento de la poblaciónEl representante del Bundesbank en España, Fabian Huttner, dijo en su discurso de apertura del II Foro Bundesbank, celebrado a mediados de este mes, que el potencial laboral de Alemania, es decir, la totalidad de personas disponibles en el mercado laboral, "comenzará a disminuir notablemente a partir de 2026. Esto agravará aún más la escasez de mano de obra cualificada en Alemania".
Más de una quinta parte de la población tiene 65 años y la tasa de sustitución de las pensiones con respecto a los salarios es menor al 50%, "cuando en España está en torno al 80%, lo que conduce a que el alemán medio ahorre más de lo que economiza la media en la UE y que, lógicamente, consuma también menos, lo que refuerza la dependencia del sector exterior", advierten los expertos de Elcano.
Las medidas que propone Merz al respecto de esto es hacer exenciones fiscales a las horas extra realizadas y fomentar el trabajo más allá de los 65 años, edad legal de jubilación en Alemania.
Durante su mandato, Scholz hizo una reforma del sistema de pensiones donde se creó un fondo de capitalización destinado a respaldar financieramente el sistema de pensiones para mantenerlo al 48% del salario medio hasta el año 2040. Las previsiones contemplan que la inversión en este fondo incremente el gasto en pensiones en 32.000 millones de euros para 2045.
Merz y su grupo conservador fueron muy críticos con esta reforma conocida como 'Rentenpaket II'. Arumentaban que estas medidas podrían incrementar la carga financiera a las generciones futuras y cuestionaron la intergeneracionalidad de las reforma. Por tanto, se prevé que la reforma del sistema de pensiones, así como las políticas sociales, serán puntos candentes en la reunión.
Falta de mano de obra cualificadaLa gran mayoría de las empresas germanas aseguran sufrir una carencia de mano de obra cualificada. Es cierto que esa demanda ha caído debido a la crisis económica y la falta de contratación en el sector industrial, pero poco ha cambiado.
La solución a este problema, dicen Pablo del Almo y Miguel Otero, es "orientar el sistema educativo hacia estas carencias y aumentar la inmigración –y no sólo la cualificada–, aunque a este respecto el contexto actual de Alemania no es muy propicio".
Merz dijo muy claro en campaña que centrará sus esfuerzos en detener la inmigración ilegal y en reducir el número de refugiados, así como recortar las partidas sociales destinadas a estos dos segmentos de la población.
Olaf Scholz, por su parte, defendía en su programa electoral una política migratoria que abogue "la seguridad, legalidad y respeto a los derechos humanos" frente a las propuestas más restrictivas que defiende Merz.
Está claro que aquí hay otro gran debate que tendrán que solucionar en el seno de la coalición. Pero los expertos son excépticos: "La pregunta es si Alemania puede crear canales de inmigración legales que cubran sus neceisdades de empleabilidad y que la sociedad alemana asimile esa integración".
El director global de Macro de ING, Carsten Brzeski, aseguró en un informe que las negociaciones de coalición van a ser "extremadamente complicadas". Pero los partidos se tendrán que poner a trabajar de manera rápida. Las negociaciones que se produjeron entre las fuerzas políticas tras las elecciones de 2021 duraron cerca de dos meses y medio. Fue el período de negociación más largo de la historia reciente del país, aunque por aquel entonces eran tres partidos los que aspiraban a formar gobierno, no dos.
eleconomista