Los gastos con tarjeta y turismo en dólares ya superan al ingreso energético del país


La economía argentina experimenta un fenómeno que inquieta a las autoridades: el gasto en turismo y consumos con tarjeta en dólares ya superó los ingresos generados por las exportaciones de energía, incluso en un contexto de superávit récord en la balanza energética. Entre enero y abril de 2024, se fueron por esa vía USD 9.301 millones, frente a los USD 5.940 millones generados por petróleo, gas y electricidad.
El último informe del Banco Central reveló que solo en abril, los egresos netos por turismo y compras con tarjeta ascendieron a USD 863 millones. La apreciación del peso frente al dólar incentivó a los argentinos a viajar al exterior y consumir en plataformas internacionales, mientras que el turismo receptivo muestra una caída sostenida.
La liberalización del cepo cambiario abrió las puertas al mercado oficial de divisas para las personas humanas, lo que derivó en una nueva etapa de presión sobre el balance de pagos. Aunque una porción importante de estos consumos se cancela con dólares previamente adquiridos o depositados, el desequilibrio persiste: abril fue el undécimo mes consecutivo de déficit en la cuenta corriente cambiaria.
El contraste es llamativo: mientras se alcanzó un récord de exportaciones energéticas gracias a Vaca Muerta y al gasoducto Perito Moreno, la salida de divisas por turismo duplicó esos ingresos. La mejora estructural en la matriz energética todavía no alcanza para cubrir la demanda externa provocada por años de atraso acumulado y distorsiones heredadas.
Según cifras oficiales, entre enero y abril salieron del país 8,4 millones de argentinos, de los cuales casi 6 millones fueron turistas y el resto excursionistas. Esto representa un aumento del 67,6% en relación con el mismo período del año anterior, y posiciona al primer cuatrimestre como el de mayor salida desde 2018.
El fenómeno es explicado, en parte, por la caída del real brasileño, que volvió más accesibles los principales destinos turísticos del continente. Además, la eliminación de trabas y la baja de aranceles facilitaron las compras al exterior, volviendo más competitivos muchos productos importados frente a los nacionales.
El secretario de Turismo, Daniel Scioli, planteó la necesidad de diferenciar entre gastos reales en turismo y otros consumos digitales que se agrupan bajo la misma categoría. “Estamos trabajando con el Banco Central para redefinir qué entra en la cuenta ‘turismo’. Hoy se computan suscripciones y compras electrónicas que no reflejan el impacto genuino del sector”, explicó.
IMPORTANTE | Con respecto al déficit en la cuenta de Turismo.
A raíz de una nota que publica los datos del BCRA sobre las cifras del turismo emisivo: estamos trabajando con el Banco Central para diferenciar los números del MULC sobre lo que son realmente los gastos en Turismo.…
La reformulación del indicador, que estará lista en julio, busca transparentar el verdadero flujo económico y evitar confusiones. Scioli también advirtió que se subestiman los ingresos del turismo receptivo: “No es real que un turista chileno gaste solo USD 54 diarios en el país. Hay que sincerar los datos y evaluar el verdadero aporte de la actividad”.
Para algunos economistas, este tipo de desequilibrios no es nuevo. Daniel Schteingart, de Fundar, señaló que situaciones similares se dieron entre 1980-1981, en los 90, entre 2011-2015 y también en 2017-2018. En todos los casos, el exceso de gasto en divisas terminó tensionando el frente externo.
El Gobierno apunta ahora a corregir esas distorsiones sin volver al atraso cambiario ni a restricciones que terminaron alimentando mercados paralelos. La estrategia es sostener la libertad cambiaria y comercial, pero ajustando los indicadores que hoy no reflejan con precisión la realidad del sector turístico.
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