Tiburón, te deben una fiesta

La primera fotografía del Barça campeón de Liga es en el vestuario visitante del RCDE Stadium. Los jugadores, todavía sudados, vestidos con la equipación del partido. Algunos, incluso, con las botas calzadas. Una imagen con muchos protagonistas, una cuarentena de personas, con los brazos alzados, con los pulgares y los puños arriba y con sonrisas infinitas en la cara. Una foto de familia, sin embargo, incompleta. Falta un futbolista que ha formado parte activa de los éxitos de este equipo en la Liga, pero no ha podido jugar el derbi. No ha podido, ni siquiera, ir a Cornellà-el Prat. Ferran Torres no está.

Ferran Torres compartió esta imagen desde el hospital a través de su perfil de Instagram
InstagramVeinticuatro horas antes del derbi tuvo que ser intervenido de urgencia de apendicitis. Un imponderable que obliga a Ferran a entrenar, una vez más, su resiliencia. Después de nueve meses de competición, la operación y la posterior recuperación hospitalaria le impiden sustituir a Lewandowski y convertirse en el revulsivo que tantas veces ha oxigenado al Barça esta temporada. No puede jugar, ni puede vivir en primera persona el golazo de Lamine Yamal, ni el de Fermín, ni el estallido de euforia con el silbato final. No puede recibir el abrazo de ninguno de sus compañeros, ni la felicitación de su técnico, ni puede bailar ni cantar. El arrebato del vestuario entra en su habitación de hospital a través de la pantalla del móvil, con una videollamada de Iñigo Martínez.
Ferran ha evidenciado en más de una ocasión su fortaleza mental, su capacidad de superación y su resiliencia. Esta vez, sin embargo, el reto es especialmente exigente. Perderse las celebraciones del título de Liga es frustrante y roza la injusticia. Con sus 10 goles en la competición de la regularidad y con su compromiso, el delantero de Foios también merecía vivir la llegada a la Ciudad Deportiva en medio de una nube de bengalas y cánticos y dejarse la voz coreando himnos futbolísticos con los aficionados. En estas imágenes para la posteridad, tampoco estará.
Hay una imagen de la noche, sin embargo, donde Ferran tampoco está pero sí que es el protagonista. Emulando a Pancho, Bea, Desi o el Piraña paseando por aquel Verano Azul , algunos de sus compañeros han cogido las bicicletas en dirección al Hospital de Barcelona. Dani Olmo, Eric, Pedri y, de nuevo, Iñigo, irrumpen de madrugada en la habitación para llevarle unas cuantas chispas del gozo de los campeones. Alguna cosa más que compañeros, como el grupo de amigos veraniegos de Nerja.
Ferran tampoco saldrá en la recopilación de las mejores imágenes del desfile de los campeones. Lo ha visto a través del programa especial de TV3, desde la habitación donde sigue hospitalizado. Sin apéndice pero consciente de que los que van sobre el bus descapotable lo tienen bien presente. Y que muchas de las personas que se reúnen en las calles de Barcelona también lo querían ver a él. Al Tiburón, que tendrá que hacer de tripas corazón, una vez más. Y siempre volviendo más fuerte. Ferran, te deben una fiesta.
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