EUROPA SE BLINDA: Nuevo control fronterizo ‘inteligente’ llega en octubre

La Unión Europea pondrá en marcha su nuevo Sistema de Entradas y Salidas (EES) en todas sus fronteras exteriores a partir de octubre, una herramienta tecnológica diseñada para un control más riguroso de nacionales de terceros países. Esta medida llega en un momento de intensos debates políticos y crisis internas sobre la gestión de la migración y el asilo.

El Sistema de Entradas y Salidas (EES) reemplazará el actual sellado manual de pasaportes por un sistema biométrico automatizado. Este registrará electrónicamente:

• Nombre
• Documento de viaje
• Datos biométricos (huellas dactilares e imagen facial)
• Fecha y lugar de entrada y salida

El objetivo del sistema es identificar con precisión a los viajeros de corta estancia y detectar casos de sobrepaso de visado o identidades falsas. Se espera que el EES agilice los controles para la mayoría de los visitantes, aunque su fase de implementación podría generar demoras y confusión.

La Comisión Europea lo presenta como una herramienta clave para modernizar la gestión fronteriza, reforzar la seguridad, y combatir la inmigración irregular. Sin embargo, expertos advierten que en zonas de alta presión migratoria, como Grecia o España, la transición podría ser problemática y alimentar tensiones políticas.

La llegada del EES se produce en medio de una ola de desacuerdos internos en la UE respecto a la política migratoria. Un ejemplo reciente: la crisis de gobierno en los Países Bajos, donde el partido de Geert Wilders (PVV) rompió la coalición gobernante por desacuerdos sobre el asilo, lo que provocó la renuncia del primer ministro Dick Schoof.

Dick Schoof: “La decisión del PVV [de abandonar la coalición por políticas de asilo] es irresponsable e innecesaria.”

Este episodio refleja la alta sensibilidad del tema migratorio dentro de la política nacional y cómo las medidas de control como el EES pueden convertirse en armas de debate electoral más que en soluciones técnicas.

Mientras algunos países del sur lidian con rutas migratorias activas a través del Mediterráneo, la UE también sigue acogiendo a millones de refugiados ucranianos que huyen de la guerra con Rusia. Aunque su protección temporal ha sido prorrogada, la presión sobre los sistemas de asilo y acogida es elevada.

Este contexto complejo y cambiante ha llevado a la UE a apostar por soluciones tecnológicas como el EES, que prometen eficiencia y trazabilidad, pero corren el riesgo de desplazar el enfoque político de fondo: ¿cómo equilibrar el control de fronteras con la solidaridad interna y el respeto al derecho de asilo?

El EES forma parte de un paquete más amplio que incluye también el ETIAS (Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes), previsto para una fecha posterior. Pero junto con sus ventajas, estos sistemas han despertado preocupaciones:

• Posible violación de privacidad por uso intensivo de biometría.
• Riesgo de discriminación algorítmica.
• Creación de un «muro digital» que obstaculice el acceso al asilo.

Diversas organizaciones de derechos humanos advierten que este tipo de herramientas, aunque útiles en la identificación de amenazas, no abordan las causas estructurales de la migración, como la guerra, la pobreza o el cambio climático.

El Sistema EES representa una apuesta decidida de Bruselas por automatizar y controlar mejor sus fronteras. Pero la verdadera pregunta es si este tipo de herramientas puede, por sí sola, resolver la crisis migratoria o si solo será un parche digital en una estructura que requiere reformas políticas profundas.

Sin un acuerdo firme sobre la redistribución de responsabilidades, una mayor inversión en acogida, y un enfoque común que combine seguridad con derechos humanos, la UE corre el riesgo de entrar en un círculo vicioso: crisis, endurecimiento, descontento y nuevas crisis.

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