La pugna entre partidos amenanza un incremento salarial en el Ayuntamiento de Barcelona

Incertidumbre total en el Ayuntamiento de la capital catalana después de que Barcelona en Comú (BComú) amenazase este lunes con tumbar un suplemento de crédito por valor de 100 millones de euros, que debe debatirse este miércoles en la comisión municipal de economía.
La formación que tiene a la excalcaldesa Ada Colau como principal rostro visible ha acentuado las diferencias con su predecesor y actual primer edil, Jaume Collboni (PSC), por la voluntad de este último de introducir cambios en una de las principales medidas urbanísticas que impulsaron los comunes.
Se trata de la obligación que desde 2018 tienen los promotores de destinar el 30% a vivienda pública, una medida que ha paralizado el sector del ladrillo. Ayer, los comunes amenazaron con oponerse a una batería de modificaciones presupuestarias que, según fuentes del gobierno municipal, son un trámite técnico que habitualmente se acuerda con los grupos sobre estas fechas.
Las cuentas de 2025 están prorrogadas y, en este caso, se introducirían modificaciones y un suplemento de crédito para afrontar necesidades urgentes que no se pueden aplazar a otros ejercicios.
Con esta fórmula, se pueden poner en marcha nuevas bonificaciones al transporte público para mantener congeladas las tarifas, reforzar el presupuesto del área de servicios sociales y cubrir gastos en personal del consistorio y sus entes adscritos que no se han podido prorrogar.
Son "mejoras salariales que se han pactado en la mesa general de función pública estatal", precisó este lunes el teniente de alcalde de economía, Jordi Valls. Los suplementos de crédito se financiarán con el remanente que tiene el consistorio, quien además estima que este año sus ingresos serán superiores a la previsión inicial que hizo a principios de año.
BComú y ERC son los dos socios prioritarios de Collboni, quien no descarta alcanzar acuerdos en otras fases. Los republicanos exigieron al PSC otras demandas, como más inspecciones a los pisos turísticos, en palabras de su edil Jordi Castellana.
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