Las propuestas para la salida a la crisis que afronta Colombia: líderes de opinión hablan
Colombia afronta múltiples frentes que tienen al país en una encrucijada. Desde el atentado contra el senador del Centro Democrático y precandidato presidencial, Miguel Uribe, ocurrido el pasado 7 de junio, se ha desatado no solo una escalada terrorista en varias zonas del país, como el Cauca y el Valle del Cauca, sino también una creciente ola de polarización.
El país atraviesa una tensión que ha venido en aumento desde la crisis de seguridad y tras el anuncio del presidente Gustavo Petro de firmar el llamado ‘decretazo’, con el que convoca una consulta popular sobre la reforma laboral, desconociendo que el Senado ya había rechazado dicho mecanismo.
A esto se suma la posibilidad de convocar una asamblea nacional constituyente. “El pueblo ya decidió decidir y no se va a echar para atrás. Todos los instrumentos que existen en Colombia, incluida la Asamblea Nacional Constituyente, se utilizarán, porque el único soberano se llama el pueblo”, afirmó el mandatario ante cientos de personas en la plazoleta San Francisco, en Cali.
El presidente Petro durante su discurso en la Plazoleta de San Francisco, en Cali. Foto:Presidencia.
Estos últimos anuncios siguen profundizando la grieta en la relación entre el Ejecutivo con el Legislativo y las altas cortes. En lo que respecta al Congreso, desde los partidos de oposición han manifestado que la firma del decreto representaría un “golpe frontal a la democracia”.
Sin embargo, desde distintos sectores crece el llamado a encontrar consensos y a trazar un camino que permita reducir la polarización que vive el país. Desde la bancada independiente de la Cámara de Representantes se propuso que el Congreso sea el epicentro de una conversación sobre el futuro de Colombia.
Los seis congresistas solicitan “una reunión extraordinaria, pública y con garantías” en la sede del Legislativo, la cual deberá ser acompañada por “la Personería y la Registraduría, y liderada por los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes”.
A esta reunión también convocan al presidente Petro, a su gabinete, a los voceros de los partidos políticos, al procurador Gregorio Eljach, a la defensora del Pueblo, Iris Marín, a los presidentes de las altas cortes y a representantes de los medios de comunicación.
El procurador Gregorio Eljach Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @melgarejocesarnew
Este encuentro tendría como objetivo aliviar los desacuerdos y alcanzar consensos con miras a las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.
EL TIEMPO habló con varios líderes de diversos sectores en Colombia para conocer sus posiciones sobre cómo el país podría superar la crisis que actualmente enfrenta.
Humberto de la Calle
Humberto de la Calle, exsenador. Foto:@DeLaCalleHum
Hoy tenemos rabia y tristeza; pero debemos tramitar esas emociones sin perder de vista a la nación para estar unidos y construir entornos sanos de convivencia y discusión democrática.
Propongo que se haga un acuerdo entre los precandidatos y candidatos para moderar las palabras y rebajar la violencia verbal que nos lleva a la física. Garantías es lo que claman los colombianos para lograr un poco de sosiego. No propongo que cese la discusión política, que es inherente a la democracia. Propongo que cesen los disparos verbales y los atentados físicos, para que tengamos una ruta en paz en el 2026, gane quien gane de manera legítima.
María Claudia Lacotoure, presidenta de AmCham Colombia
Presidenta de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture. Foto:AmCham Colombia
El país requiere que todos nos unamos alrededor de unos objetivos comunes. La defensa al derecho a la vida, a la seguridad, a un trabajo digno y estable, a la defensa de la empresa privada y el emprendimiento. En la defensa de las instituciones y la independencia de los poderes públicos.
Estamos sobrediagnosticados. Ya es hora de actuar. De trabajar con determinación en propósitos compartidos como país y como sociedad. De no quedarnos callados ni esperar a que la desinformación siga ocupando los espacios del debate público. Con argumentos, firmeza y dentro del marco del respeto y la Constitución, debemos convocar a todos los colombianos a defender nuestra democracia.
Monseñor Héctor Fabio Henao, delegado para las relaciones Iglesia-Estado
De la crisis que vive el país no se sale solo. Nadie tiene la capacidad de superar individualmente, o desde un único sector, la crisis que atravesamos. Se requiere de la participación de todos los sectores y de toda la ciudadanía, y esa participación debe ser responsable.
Por una parte, debemos enfrentar aquello que actúa como un cáncer en la vida democrática: la indiferencia, la no participación y la creencia de que lo que ocurre no es nuestro problema. No es así. Es un problema de la nación, y debemos sentirnos todos integrantes de un mismo pueblo.
Por otra parte, hay que enfatizar la necesidad de incluir a todos los sectores, especialmente a los más vulnerables, a los más necesitados, a quienes han sufrido durante años la exclusión social y la violencia. También es fundamental asegurar la dignidad de todas las personas que participan en la arena política, aquellos que contribuyen con sus reflexiones y propuestas al debate público.
Héctor Fabio Henao, delegado para las relaciones Iglesia-Estado. Foto:Héctor Fabio Zamora / El Tiempo
Es necesario garantizar, a través de esa inclusión, que la vida democrática se fortalezca y que las instituciones puedan encontrar salidas adecuadas ante estas realidades.
El momento actual exige una participación basada en un lenguaje incluyente, un lenguaje ciudadano, un lenguaje que invite al diálogo y al encuentro; un lenguaje que, en lugar de segmentarnos y dividirnos, nos ayude a encontrar la unidad como nación y nos permita construir, a través de la palabra, ejercicios que excluyan la violencia en todas sus formas y desde todos los niveles.
Juan Camilo Restrepo, exministro de Agricultura
Estas dificultades en las que andamos se pueden reducir en 4 puntos: El primero que el presidente Gustavo Petro respete la ley y no insulte a sus conciudadanos. Segundo que se respete la Constitución y los fallos de los jueces.
Juan Camilo Restrepo, exministro de agricultura. Foto:Archivo particular
Tercero que se lleve una política fiscal mucho más cuidadosa de la que se está llevando. Estamos cayendo realmente en una sin salida fiscal que nos va a costar mucho para el país. Por último, reforzar con más claridad y contundencia de lo que hasta ahora se ha visto todas las medidas conducentes a combatir el crimen y el narcotráfico.
Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN
La construcción de un centro que no se plantee como un centro sectario sino como un centro capaz de reconocer las buenas ideas que tiene la izquierda y la derecha y entretejerlas. Es decir, lo que importaría en este momento es tener una serie de personas, candidatos, instituciones capaces de reconocer que hay buenas ideas y propuestas en todas partes que, a partir de ese trabajo colectivo, seguramente podríamos encontrar buenas ideas para todos.
Brigitte Baptiste Foto:Brigitte Baptiste
Obviamente a mí el tema ambiental me parece que es fundamental el llamado a ponernos las pilas con la supervivencia de la especie es clave, no es tema menor porque de nada nos sirve estarnos matando cuando ya la crisis climática y de biodiversidad se va a hacer cargo de cualquiera que crea que va a poder quedar.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi
Son demasiados los frentes de inestabilidad hoy en día en el país. El político, el de seguridad, el de salud, el energético, el de las relaciones internacionales, y cada vez más el frente fiscal. Algunos de estos se encuentran interrelacionados. Por ejemplo, el tema fiscal afecta directamente el sector salud y el sector energético, pero la verdad es que se ha producido desestabilización total en cada uno de ellos.
El próximo presidente o presidenta tendrá tareas muy complejas. Hemos hablado de la pérdida de control del territorio. Inicialmente. La respuesta del gobierno era que era una actitud alarmista la nuestra, lo mismo sucedió cuando comenzamos a levantar las alertas sobre los efectos en el sector, salud sobre los pacientes, o los riesgos de abastecimiento energético del país.
Todo se convertía en una discusión de redes sociales, con respuestas muy poco conscientes de las consecuencias que estábamos viviendo, y con impacto grande sobre las bases de cada uno de esos sistemas.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, en la Convención Bancaria. Foto:Asobancaria
Por esta razón, no tengo la menor duda de qué la primera tarea, y probablemente será la que predomine durante todo el próximo periodo presidencial, será la de tratar de volver a estabilizar muchos frentes de la sociedad, que en este momento se encuentran debilitados y algunos de ellos Dramáticamente afectados.
Esto va a ser especialmente complejo, además por la pérdida de talento que se ha registrado en el Estado, técnicos de muchos años fueron despedidos con la excusa de qué eran representantes de los neoliberales, cuando realmente eran el soporte del Estado. Hoy no están y fueron reemplazado por cuotas ideologizadas de uno de otros políticos afectos al gobierno.
No tengo la menor duda de que la gran tarea, hoy en día es la de generar la estabilización, al menos de esos cinco sistemas, el fiscal, el de salud, el energético, el de seguridad y control quite el territorio, y el de relaciones internacionales. Otros subsistemas, requerirán de especial, atención, como es el de el sector de hidrocarburos, el de la construcción, y el de la infraestructura.
Ana Isabel Gómez, rectora de la Universidad del Rosario
Reafirmar el Estado de derecho es una prioridad. La justicia debe actuar con independencia y sin instrumentalización política, garantizando la protección efectiva de todos los actores democráticos y el fortalecimiento de nuestras instituciones. Necesitamos ser un país con memoria, capaz de aprender del pasado para no repetir trayectorias fallidas y, al mismo tiempo, un país con la valentía para repensarse con esperanza.
Ana Isabel Gómez, rectora Universidad del Rosario. Foto:Pablo Salgado / Revista BOCAS
Avanzar en el camino hacia la paz exige grandes esfuerzos para cerrar las brechas sociales y garantizar que todos los territorios se sientan parte activa del proyecto de país. Pero, además, requiere una ciudadanía crítica y empática, espacios seguros para el diálogo y una educación que forme no solo en lo técnico-científico, sino también en humanismo y valores.
Fortalecer la participación ciudadana, a través de la movilización pacífica, el control social y el debate informado, es otra herramienta fundamental para resistir la violencia y construir un futuro común en democracia.
Jorge Enrique Robledo, excongresista y dirigente político
Hay una contradicción grande entre el Gobierno entre el presidente Gustavo Petro y sus seguidores y quienes tenemos otros puntos de vista. Esto es natural que haya diferencias en un país, pero tiene una complicación adicional y es el estilo de gobernar de Petro, de opinar de forma de matonería contra sus contradictores, porque es definitivamente un ambiente que es completamente indeseable, esperemos que el presidente reconozca que no es así como se debe gobernar a Colombia y modere sus comportamientos que han creado un ambiente poco democrático en el país.
Jorge Enrique Robledo. Foto:Jaime Moreno
Él tiene que tomar la iniciativa y los demás sectores tenemos que asumir un discurso que es contradictorio con este Gobierno, pero también esto hay que hacerlo con todo el propósito de no reemplazar la fuerza de los argumentos con los argumentos de la fuerza. Entender que el debate y la contradicción son parte de la vida, pero debemos adelantarlos en condiciones de civilización porque el país no resiste más problemas tan graves.
Raquel Bernal Salazar, rectora de la Universidad de los Andes
Colombia necesita, urgentemente, reencontrarse en lo humano. Ver al otro —así piense distinto— no como un enemigo, sino como un ser humano que también ama, sufre y sueña. Necesitamos escucharnos más y hablar menos desde la rabia. Este país requiere líderes que unan y no fracturen, además de ciudadanos que entiendan que ser parte de algo más grande implica defender la vida, siempre, incluso cuando no estamos de acuerdo.
Raquel Bernal, actual rectora encargada de los Andes Foto:Universidad de los Andes
La democracia es frágil y vive en tensión política, y es precisamente por esto que es necesario construir respeto por las ideas de otros y respetar los procesos y procedimientos. Solo de esta manera podremos llegar a acuerdos que permitan seguir construyendo democracia. Debemos ofrecer más oportunidades educativas a nuestros jóvenes.
Monseñor Francisco Javier Múnera, presidente de la Conferencia Episcopal
Hay que respirar. Es decir, hacer el esfuerzo consciente de superar nuestros instintos primarios. Esto comienza desde la vida familiar: en el lenguaje verbal, en el lenguaje no verbal, en lo que decimos y compartimos en redes sociales. Debemos hacer un llamado a no reaccionar simplemente desde la indignación visceral. Necesitamos tomarnos un tiempo para respirar, para pensar, para sentir, para hablar pero, sobre todo, para reflexionar antes de reaccionar, antes de hablar y antes de actuar. Creo que necesitamos pedagogía de la escucha, del diálogo, de la empatía, que nos enseñe a entrar en el mundo del otro. Y, sobre todo, debemos aprender a eliminar de nuestro lenguaje todos aquellos calificativos que destruyen a la persona.
Monseñor Francisco Javier Múnera, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Foto:CEET
Padre Luis Fernando Múnera S. J., rector de la Universidad Javeriana
En este momento de dolor, violencia e incertidumbre que vive el país, nos corresponde como comunidad universitaria reflexionar sobre la importancia de fortalecer una cultura democrática que propenda por el cuidado de la vida, la paz, el respeto, la calidad de la deliberación pública y el bien común.
Esta reflexión es fundamental porque el atentado al senador Miguel Uribe Turbay, y la persistencia de la violencia en diferentes regiones del país que por años ha afectado comunidades, líderes sociales y políticos, ocurren también en un contexto global más amplio y marcado por conflictos armados y socioambientales con gravísimas consecuencias humanitarias, fortalecimiento de estructuras del crimen organizado, tendencias de polarización y desinformación y tensiones internacionales que amenazan la vida en sociedad, la economía y el medio ambiente.
Se observa también, en diversas latitudes, un preocupante deterioro de la democracia que desafía el ejercicio de los derechos y libertades civiles, especialmente aquellos de las minorías y la oposición política, la separación de poderes, el pluralismo y la convivencia.
Padre Luis Fernando Múnera Foto:Pontificia Universidad Javeriana
Las tensiones internacionales y el retroceso democrático mencionados, se exacerban con el señalamiento de un “otro” calificado como enemigo que debe ser destruido, con quien no se podría dialogar ni llegar a acuerdos porque no merecería la misma consideración de ser “un otro” reconocido por su dignidad humana. Este escenario de división y descalificación, se recrudece y profundiza gracias a las facilidades que las tecnologías de comunicación e información y las plataformas digitales brindan para la expansión de la desinformación y la manipulación de contenidos y mensajes.
En este panorama, el gran reto de las universidades es mostrar lo contrario; es decir, la posibilidad de encontrarnos genuinamente y construir con otros. El llamado a las universidades es a aportar argumentos y comportamientos que permitan establecer diálogos difíciles, tramitar diferencias y propiciar convergencias que abonen el terreno para crear las condiciones necesarias para impulsar transformaciones encaminadas al bien común, con un horizonte de futuro compartido.
Una característica de las sociedades democráticas es su pluralidad: en democracia conviven distintas ideas políticas y maneras de interpretar el mundo, creencias espirituales y religiosas, razas y culturas. La democracia es un camino para tramitar las diferencias, muchas veces profundas e irreconciliables, sin recurrir a la violencia.
El fortalecimiento de la cultura democrática, y sus instituciones, tiene como sentido la búsqueda del bien común, la mirada al futuro. El consenso y el disenso se tramitan desde el diálogo, el entendimiento del otro y una mirada amplia que nos dé perspectiva frente a las necesidades, argumentos y posiciones y que, además, nos ayude a conocer mejor: tiempos, circunstancias e intereses de aquellos que llamamos “el otro”. Un ethos democrático se sustenta, además, en el respeto de la vida, los derechos humanos y la transformación no violenta de conflictos.
Miguel Uribe, senador del Centro Democrático Foto:Prensa Miguel Uribe
Los grandes retos que enfrenta el mundo, y también nuestro país, son variados y complejos, no pueden ser resueltos por caudillos o salvadores, sino que requieren esfuerzos intersectoriales de largo aliento, conocimiento interdisciplinario, participación, responsabilidad y compromiso.
La universidad esta llamada, entonces, a ser un actor fundamental en múltiples dimensiones. Sus aportes para la solución de esos retos y para superar el ambiente de agresividad y polarización que se recrudece, debe ser un compromiso sostenido y prioritario. Nos corresponde profundizar y fortalecer nuestra misión, en una época difícil, cambiante e inestable, dando centralidad y sentido a la formación de generaciones y el acompañamiento a proyectos de vida, que puedan entender los horrores del pasado y las huellas de la violencia, hacer un uso responsable y ético de la información, pero, sobre todo, que sean capaces de debatir y actuar democráticamente, reconociendo al otro en su dignidad humana y con quien se pueda, más allá de las disputas y las diferencias, encontrarse en el camino para construir un mejor futuro para todas y todos.
La Universidad, debe ser un referente en este proceso, desde el cultivo del conocimiento, la búsqueda de la verdad y la acción responsable.
Les invito a que, desde la cotidianidad de las conversaciones, los debates, los momentos de encuentro y desencuentro, contribuyamos a mitigar la polarización política, prevenir la emergencia de los autoritarismos, evitar la auto referencialidad, y a propiciar atmósferas que influyan positivamente en la sociedad. La violencia jamás será un camino legítimo para resolver las diferencias. Solo a través de la deliberación pacífica y argumentada, el respeto mutuo y la construcción colectiva del futuro podremos asegurar un país verdaderamente justo, libre y democrático.