¿Sociovergencia con pan Bimbo?

“Tiene que ser difícil gestionar que eres más inútil que la última tostada del pan Bimbo”. La frase del secretario general de CC.OO. dedicada a Junts no sólo soliviantó a Carles Puigdemont sino que dificulta más, si cabe, el futuro de la tramitación de la reducción de la jornada laboral, la medida estrella de Yolanda Díaz para no perder el foco dentro y fuera del Gobierno. El ataque de Unai Sordo descuida que una cosa es la utilidad social y otra la capacidad política. Sobre la utilidad puede haber división de opiniones en función de los propios objetivos, pero lo que sí tiene Junts es capacidad, y demostrada, de bloquear, imponer y condicionar.
La reducción de la jornada laboral no prosperará sin cambios. Hay debate interno en Junts sobre su tramitación y mucha gestualidad de Díaz, pero el error de cálculo sindicalista sí propició una sonrisa complaciente en las patronales, que tienen en los siete votos de Junts en el Congreso la garantía de que el Gobierno no se escora de más.
El president Illa y Albert Batet, presidente del grupo de Junts en el Parlament
Àlex GarciaLos contactos del presidente de Foment con Puigdemont son fluidos, aunque Josep Sánchez-Llibre ha evitado siempre reivindicar la alianza PSC-Junts como sí hizo el presidente del Cercle d’Economia, Jaume Guardiola, frente a Salvador Illa. “¿Sociovergencia?, van apañados”, responden los posconvergentes. “Somos alternativa en Catalunya”. Tampoco hay concesiones en el Palau de la Generalitat: el president tiene acuerdos de investidura con ERC y los comunes y no se cansa de repetir que los cumplirá. Cualquier acuerdo que implique a Junts debe ser compatible con los ya adquiridos por el flanco izquierdo, sostienen.
El lunes se cumple un año de las elecciones catalanas y el president Illa saca pecho de la nueva normalidad, a pesar de la minoría –42 diputados de 135– y la incipiente desafección del empresariado con sus políticas: rechazan el aumento del impuesto de transmisiones patrimoniales, el control sobre los alquileres, el cierre de las nucleares, critican el retraso en la ampliación del aeropuerto… El goteo de concesiones y fotos con ERC y los comunes son rutina para sacar adelante votaciones de ampliaciones de crédito presupuestario. Y con el choque entre socios que ha llevado al traste el aumento de la tasa turística empiezan las batallas por la izquierda. Aumentarán el próximo año camino de las elecciones municipales.
El PSC presume de hoja de ruta frente a Junts, mientras los posconvergentes pasan página de la competición entre independentistas y de los desajustes estratégicos con su consejero en la CNMC sobre la opa del BBVA al Sabadell, y apuntan a los socialistas catalanes, también en el Congreso. Desde la tribuna, Míriam Nogueras preguntó esta semana en tres ocasiones “para qué sirve el PSC” –la misma pregunta que Pedro Sánchez lanza al PP–.
Junts espera noticias sobre el catalán en la UE antes de junio, cuando se cumplen dos años de las elecciones generalesLa actitud de Junts está lejos de ser la de una rebanada denostada del pan Bimbo. Sobre la jornada laboral, avisan: “estas políticas que se cargan la clase media catalana nunca verán la luz”. Y para aprobar el decreto de aranceles han impuesto criterios territorializados para la adjudicación de 14.100 millones en ayudas. La demanda es la misma para apoyar el plan de gasto en defensa. Junts quiere para Catalunya inversiones equivalentes a la población (un 17% de 10.471 millones), a pesar de que es la única comunidad sin sede central de alguna de las 75 grandes compañías ligadas a la industria de defensa. Eso así, cuenta con 117 centros vinculados al sector.
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Junts negocia en Madrid e Illa gestiona sus ganancias en Catalunya. “Si se negocia con rigurosidad y se cumplen los acuerdos, Junts cumple”, certifica el diputado Josep Maria Cruset. El pacto para apuntalar la relación entre el PSOE y los posconvergentes pasa ahora por el reconocimiento del catalán en las instituciones europeas. La negociación, sostienen, está en su momento decisivo y en Junts esperan “noticias positivas”. El Consejo General de Asuntos Europeos se reúne en Bruselas el día 27 y los de Puigdemont habían puesto su deadline en junio, cuando Sánchez llega a la mitad de legislatura. Es la otra sociovergencia. Gracias a la última tostada del pan Bimbo...
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