Donald Trump mata al mensajero

Un primer mensajero apareció en la terraza, anunciando al faraón que Tahoser no se encontraba. El faraón extendió su cetro; el mensajero cayó muerto a pesar de la proverbial dureza del cráneo de los egipcios.
En El romance de la momia , de Théophile Gautier, otros dos mensajeros que buscan a la joven de la que el amo de Egipto está locamente enamorado correrán la misma suerte. Es un clásico. No es bueno dar malas noticias.
Descontento con las cifras de empleo que le fueron entregadas la semana pasada, Donald Trump despidió inmediatamente a la directora de la oficina de estadísticas, Erika McEntarfer: "En mi opinión, las cifras de empleo de hoy fueron manipuladas para hacernos quedar mal a los republicanos y a mí", comentó, asegurando que la economía estadounidense está "en auge".
De forma más prosaica que con Théophile Gautier, también se habla de romper el termómetro para bajar la fiebre. En la era de la posverdad, el agua hierve a 38 grados, pero solo si Trump así lo decide.
L'Humanité