Así planea Meloni alcanzar el 2% del PIB en Defensa sin gastar más

* Investigador SDA Bocconi y London School of Economics and Political Science
Italia se prepara para alcanzar, por primera vez, el umbral del 2% del PIB en gastos de defensa, un objetivo establecido en el seno de la OTAN y compartido por todos los países miembros desde la cumbre de Gales de 2014.
Sin embargo, como suele ocurrir en el debate italiano, la noticia ha generado reacciones polarizadas: algunos claman por la militarización, algunos temen recortes a la asistencia social, algunos hablan de sumisión a la lógica externa.
Pero esta vez el escenario es diferente. Como afirmaron la primera ministra Giorgia Meloni y el ministro de Economía Giancarlo Giorgetti , Italia no pretende llegar al 2% a través de un aumento neto del gasto, sino a través de una revisión del perímetro contable de defensa , reclasificando de manera más coherente y transparente una serie de partidas ya presentes en el presupuesto del Estado.
Se trata de una elección que, lejos de ser un expediente contable, refleja una visión más moderna y acorde con la realidad de la seguridad nacional en el siglo XXI.
Un nuevo concepto de DefensaLa defensa hoy en día ya no se limita a la dimensión militar tradicional. Se trata de un sistema complejo, que incluye áreas como la ciberseguridad , la protección de infraestructuras críticas , el control de fronteras , la lucha contra la desinformación y la resiliencia energética .
En todos estos sectores, el Estado italiano ya invierte importantes recursos, a menudo con finalidades totalmente convergentes con las defensivas.
Sin embargo , muchos de estos gastos actualmente no están incluidos en los cálculos oficiales del gasto de defensa , según los criterios más restrictivos vigentes. Es por esto que ampliar el perímetro del presupuesto defensivo no es una medida obligada, sino una actualización necesaria . Es un intento de adaptar la medición a la complejidad de las amenazas contemporáneas.
Incluir, por ejemplo, operaciones de la Guardia Costera para la seguridad marítima o fondos destinados a la protección de los sistemas de información pública entre los gastos de Defensa es una opción perfectamente sensata. No se trata de un truco contable , sino del reconocimiento de que la seguridad nacional ahora pasa por muchas más direcciones de las que antes se consideraban.
El significado del 2%El objetivo del 2% del PIB no es un dogma. Se trata de un umbral político, no técnico, que indica el compromiso mínimo que cada país asume para contribuir a la seguridad colectiva. Durante años, Italia se mantuvo por debajo de este umbral: en 2023, el gasto se situó en torno al 1,6%. Ahora, con una revisión metodológica del presupuesto y sin tocar los grandes capítulos sociales, el Gobierno pretende llenar el vacío.
Este movimiento representa mucho más que un ajuste estadístico. Es un acto político con un significado preciso: Italia ya no es un aliado vacilante, sino un país confiable que toma en serio su responsabilidad estratégica.
En una Europa donde crecen las incertidumbres y con Estados Unidos cada vez más centrado en el escenario indopacífico, asumir el propio papel en la defensa colectiva no sólo es deseable: es necesario.
Además, esta elección es perfectamente legítima desde el punto de vista de la contabilidad pública. Otros países europeos –incluidos Francia, Alemania y los Países Bajos– ya han adoptado criterios contables más amplios , que incluyen todas las funciones relacionadas con la seguridad.
Italia no hace trampa: simplemente está actualizando sus instrumentos de medición a la luz de las nuevas funciones del Estado moderno. El ajuste, si se realiza con transparencia y rigor, puede en realidad fortalecer la legitimidad de todo el sistema.
Hacer visibles los gastos que realmente contribuyen a la seguridad –aunque no se etiqueten como “defensa” en sentido estricto– ayuda a devolver realismo y coherencia al presupuesto estatal.
Pero hay más: esta operación no es sólo contable, también es ética. Porque garantizar la seguridad colectiva no significa militarizar la sociedad , sino defender los mínimos de libertad, estabilidad y convivencia civil. En un mundo marcado por la guerra híbrida, la agresión cibernética, las presiones migratorias y la competencia geopolítica, la Defensa no es un lujo. Es una condición.
Por último, esta medida también representa una oportunidad política. En un momento en el que Europa discute sobre defensa común y autonomía estratégica, Italia tiene la oportunidad de sentarse a la mesa como protagonista, no como espectador . Alcanzar el 2% de forma racional y sin aumentos indiscriminados del gasto significa demostrar que es posible conciliar rigor, eficiencia y visión estratégica.
No se trata de invertir en más armas, sino de ordenar las cuentas y reconocer el valor de las capacidades existentes.
Se trata de una elección de madurez institucional y de previsión, que puede fortalecer no sólo nuestra posición dentro de la OTAN, sino también el diálogo interno sobre lo que significa hoy la “seguridad nacional”.
En un mundo cambiante, seguir midiendo la defensa con herramientas del pasado es un error. Italia tiene razón hoy en revisar con transparencia e inteligencia el modo en que evalúa su contribución a la seguridad colectiva. El 2% del PIB ya no es un umbral contable al que temer. Es un umbral de seriedad, una manera de decir que Italia está lista para contar, porque ha aprendido a contar bien.
repubblica