El papa Francisco

El papa Francisco, desde su elección en 2013, ha representado una voz de paz y justicia en un mundo cada vez más polarizado. Como primer pontífice originario de América, Jorge Mario Bergoglio ha llevado su mensaje de humildad y servicio a los más desfavorecidos, consolidándose como un referente en la búsqueda de la fraternidad global. Sin embargo, su papel trasciende las fronteras de la religión; es un líder moral que llama a la humanidad a superar el individualismo y fomentar el diálogo en un escenario internacional dominado por conflictos, tensiones políticas y crisis económicas.
Una de sus obras más influyentes, la encíclica Fratelli tutti (2020), resalta la importancia de la cooperación, el entendimiento y la solidaridad entre las naciones. En ella, el papa Francisco denuncia la cultura del descarte y aboga por una política basada en el servicio y no en el poder. Su mensaje es particularmente relevante en un mundo donde las potencias globales priorizan sus intereses geopolíticos sobre el bienestar colectivo.
Actualmente su mensaje adquiere mayor urgencia. La guerra entre Rusia y Ucrania cumple tres años, dejando un rastro de devastación y sufrimiento. Mientras Ucrania clama por “una paz real y duradera”, Rusia y Estados Unidos exploran un arreglo diplomático que podría redefinir el equilibrio global. Sin embargo, las pretensiones de Moscú y la postura de Washington complican el camino hacia una verdadera reconciliación.
La comunidad internacional enfrenta un periodo de profundas transformaciones. La Unión Europea ha condenado la agresión rusa y ha impuesto sanciones, mientras que China expande su influencia económica y política. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump mantiene su estrategia proteccionista con aranceles que afectan el comercio mundial, contribuyendo a la inflación y a la inestabilidad económica global.
En Alemania, las recientes elecciones han llevado al partido conservador CDU, liderado por Friedrich Merz, a la victoria, marcando un giro a la derecha en la política alemana. Este cambio podría impactar la estabilidad de la Unión Europea, especialmente en su relación con Rusia y China. Al mismo tiempo, México busca consolidarse como un actor clave en la economía global, fortaleciendo sus lazos comerciales a través del T-MEC y diversificando sus relaciones internacionales. Pero, además de la economía, también está asumiendo un papel activo en la promoción de la paz y el multilateralismo.
México ha sido históricamente un país que defiende la diplomacia y el respeto a la soberanía de las naciones. En el actual escenario global, ha buscado mediar en conflictos a través de sus representaciones diplomáticas y ha promovido la cooperación internacional para atender crisis humanitarias. Ha apoyado resoluciones en la ONU en favor de la paz y el respeto al derecho internacional, al tiempo que impulsa la integración regional para enfrentar desafíos comunes.
Uno de los ejes clave de la política exterior mexicana es el fortalecimiento de las alianzas para el desarrollo sostenible, especialmente en temas como derechos humanos, igualdad de género y migración. En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, México ha llamado constantemente a las partes en conflicto a cesar las hostilidades y buscar soluciones negociadas que respeten la soberanía de las naciones involucradas. En diversas ocasiones, el gobierno mexicano ha promovido el diálogo en foros multilaterales y ha mantenido una posición firme en defensa de la paz y el derecho internacional.
A pesar de su delicado estado de salud, el papa Francisco sigue siendo un referente moral en un mundo fragmentado. Su llamado a la fraternidad y la cooperación es un recordatorio de que la paz no se construye con discursos vacíos ni con acuerdos que benefician sólo a las potencias dominantes, sino con un compromiso genuino con la justicia y la dignidad humana.
Los líderes mundiales deberían escuchar su llamado o, seguirán el camino de sus ambiciones. ¿O no, estimado lector?
excelsior