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Fordo: el secreto nuclear de Irán que desafía al mundo

Fordo: el secreto nuclear de Irán que desafía al mundo

Oculta bajo toneladas de roca y cemento en el corazón de una montaña, la planta nuclear de Fordo representa el mayor desafío para cualquier intento de frenar el programa atómico de Irán por la vía militar. Construida con el objetivo de resistir ataques aéreos, esta instalación es considerada el sitio nuclear mejor protegido del país.

De acuerdo con información publicada por The New York Times, sólo existe un arma capaz de penetrar su defensa: una bomba antibúnker de 13.600 kilos desarrollada por el ejército de Estados Unidos. Conocida como “rompebúnkeres”, esta munición puede atravesar capas de tierra, concreto y roca antes de explotar, gracias a su carcasa de acero reforzado y a su diseño especializado para destruir objetivos subterráneos. Su tamaño impone una limitación clave: solo puede ser transportada por el bombardero B-2, el avión furtivo más avanzado del Pentágono.

Israel y sus límites estratégicos

La posibilidad de que Israel actúe por su cuenta ha sido objeto de debate durante años. Aunque ha desarrollado capacidades clandestinas y ha ejecutado ataques similares, como el que destruyó una instalación de misiles en Siria, Fordo representa una empresa mucho más compleja. A falta del rompebúnker estadounidense, Israel ha considerado atacar infraestructuras energéticas cercanas que permiten operar las centrifugadoras nucleares dentro del complejo, con el fin de desactivar su funcionamiento sin necesidad de penetrarlo directamente.

En 2023, el Organismo Internacional de Energía Atómica detectó uranio enriquecido al 83.7% en Fordo, alarmantemente cerca del 90% necesario para fabricar un arma nuclear. Aunque Irán insiste en que su programa es pacífico, los antecedentes históricos marcan una trayectoria distinta: tras bombardear una planta nuclear en Irak en 1981, Israel tomó nota de que sus enemigos reforzarían sus futuras instalaciones. Fordo es resultado directo de esa lección.

El peso de la decisión y sus riesgos

Funcionarios estadounidenses han señalado que el uso de la bomba antibúnker podría tener consecuencias internacionales significativas, incluida la posible liberación de material radiactivo. El general Joseph Votel, excomandante del Comando Central de Estados Unidos, afirmó que durante la presidencia de Donald Trump se mantuvo una política deliberada de no compartir esta arma con Israel, para evitar que se desatara una guerra abierta con Irán. “No queríamos que la usaran”, reconoció.

A pesar de que las fuerzas armadas de EUA han desplegado aviones y tanqueros de reabastecimiento para una eventual operación en Medio Oriente, la postura de Trump ha sido más cercana al no intervencionismo, con poco interés en nuevos conflictos bélicos en la región. David Deptula, general retirado de la Fuerza Aérea, aseguró que Israel aún tendría formas de neutralizar Fordo con medios especiales, incluso sin recurrir al arma más poderosa del arsenal estadounidense.

El general Kenneth F. McKenzie Jr., exjefe de planes de guerra contra Irán en el Pentágono, resumió la dificultad: “Sigue siendo un objetivo extremadamente difícil”. Aunque Israel ha ganado supremacía aérea sobre partes del territorio iraní, una destrucción completa de Fordo sigue siendo improbable sin la intervención directa de Estados Unidos.

La decisión de lanzar un ataque de tal magnitud no solo sería un riesgo militar, sino una jugada con consecuencias diplomáticas y estratégicas globales.

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