¿Quién vigila a los robots? Un androide golpea operarios en una fábrica china

Es uno de los tropos más reconocibles de la ciencia-ficción ¿Qué ocurre cuando los robots, diseñados para asistir y optimizar procesos en fábricas, parecen actuar por cuenta propia e incluso puedan volverse peligrosos? Estas preguntas resuenan tras la difusión de un inquietante vídeo que muestra a un robot humanoide en pleno 'ataque' dentro de una fábrica en China.
No hay música de fondo ni efectos especiales como en Yo, Robot. Solo una cámara de seguridad, un robot colgado de una grúa y dos trabajadores sorprendidos por la agresividad inesperada de su compañero artificial. Lo que parecía una escena rutinaria ha encendido las alarmas de tecnólogos, filósofos y ciudadanos por igual.
El vídeo: un robot descontrolado en una fábrica chinaEl vídeo, que comenzó a circular en redes sociales el 7 de mayo de 2025, muestra a un robot de aspecto humanoide, del modelo Unitree H1, de origen chino, colgado de una estructura metálica en una instalación no identificada. Durante varios segundos permanece inerte, mientras dos operarios conversan cerca. De forma repentina, el robot comienza a mover sus extremidades de forma caótica, derribando un monitor y provocando un evidente sobresalto en los trabajadores.
Uno de ellos logra sujetar la grúa desde la que cuelga la máquina, aparentemente con la intención de inmovilizarla. No se reportaron heridos, pero la escena, con su mezcla de incertidumbre y violencia inesperada, ha resonado con fuerza en la opinión pública.
El vídeo fue compartido inicialmente en X (antes Twitter), donde algunos usuarios lo etiquetaron con dramatismo como "la primera rebelión robótica de la historia". La falta de información oficial no ha hecho sino aumentar el misterio y las teorías.
¿Fallo técnico o síntoma de un problema mayor?Hasta ahora, no hay una explicación concluyente sobre lo que ocurrió. Una posibilidad es un error de software, lo que en entornos industriales no es raro, pero sí altamente controlado. Otra opción es un fallo en el sistema de control remoto, si es que el robot operaba bajo instrucciones externas. Pero el aspecto más preocupante es la posibilidad —por improbable que sea— de que el robot haya ejecutado una acción autónoma no programada.
Modelos como el Unitree H1 incorporan visión por ordenador, sensores hápticos y, en algunos casos, integración con inteligencia artificial de alto nivel. Esto les permite interpretar su entorno, anticipar movimientos y tomar decisiones básicas sin intervención humana directa. Pero esa autonomía también plantea dilemas éticos y técnicos.
Algunos expertos han advertido sobre los "sistemas caja negra" de la IA: algoritmos cuyas decisiones no siempre pueden explicarse o predecirse. Si esto se aplica a robots físicos, el riesgo se amplifica. Un fallo no es solo una mala recomendación de vídeo o una confusión semántica. Puede tener consecuencias físicas, reales y peligrosas.
Algunas voces a favor de la industria de la robótica, por su parte, se defiende argumentando que estos incidentes son excepcionales, que las tasas de fallo son mínimas y que los beneficios superan con creces los riesgos. Pero las imágenes virales tienen un poder emocional que los porcentajes no pueden contrarrestar.
La mayoría de los países no cuentan aún con una legislación específica para regular el uso de robots autónomos en entornos laborales. Mientras tanto, las fábricas se llenan de brazos mecánicos, sensores y algoritmos que deciden en tiempo real.
eleconomista