O Feijóo, o Mazón

Las miradas del PP valenciano, o gran parte de ellas, no se dirigen ya a Carlos Mazón. El consenso sobre el malestar en el partido, en esta castigada geografía, sobre la situación del president está ampliamente contrastado en encuestas y en las conversaciones veladas. Las miradas se dirigen ahora directamente a Alberto Núñez Feijóo, sobre el que se espera una solución, y una metodología para concretarla, de la que aún no se tiene noticia, a pesar del enorme desgaste, social y político, que sufre el barón valenciano. El propio Feijóo pudo este miércoles, en el funeral de las víctimas de la dana, verificar la gravedad de un momento que, más allá de las increpaciones de los familiares divulgadas en toda España, sostienen esos sondeos en los que la mayoría de los votantes del PP desean que el jefe del Consell valenciano renuncie al cargo, lo que es una apelación directa al máximo dirigente del partido. Porque es entre los cargos y militantes donde más y peor se percibe un desgaste cuya traducción es la erosión de la marca, especialmente en la zona donde la tragedia adoptó la peor forma hace un año y, con ello, la incapacidad de regenerar un proyecto político amenazado, directamente, por el ascenso de Vox en un combate autonómico y local.
El caso Mazón es ya el caso Feijóo, y cada semana sin solución, sea la que sea, debilita más la autoridad del presidente del PP español. Nunca fue el president valenciano persona de confianza del mandatario de Génova; fue un hombre impuesto por Pablo Casado y Teodoro García Egea. El pacto de Mazón con Abascal tras el 28-M agudizó esta desconfianza, pues debilitó las opciones del PP en las generales del 23-J. Tras la dramática dana, confiaba Feijóo en que el tiempo tendría un efecto balsámico en la crisis de liderazgo valenciana, pero el tiempo esta vez ha jugado en contra; con la amenaza de que en los próximos meses nuevos datos acaben por contaminar a todo el PP valenciano, cuestión que inquieta, y no poco, aunque no lo digan, a dirigentes clave como la alcaldesa de València, María José Català, o al presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, como ejemplos.
Muchas miradas del PP valenciano ya no se dirigen al president, sino al líder nacional del partidoPor eso las miradas están ahora puestas en Feijóo. Es al presidente del PP a quien se le exige que defina el camino a seguir, sea acelerando un relevo, sea convocando un congreso extraordinario en la Comunidad Valenciana o sea manteniéndolo, que es la opción que, al menos en los entornos del Palau de la Generalitat, se observa más improbable. El acostumbrado inmovilismo del líder popular, que afronta en breve una cita en Extremadura, se antoja como la peor de las dinámicas, pues con las próximas citas judiciales y ante las comisiones de investigación de las cámaras legislativas todo es susceptible de empeorar. El PP precisa de una decisión que, al fin, genera un dilema sobre quién puede quedar más dañado: o Feijóo o Mazón, o tal vez ambos.
lavanguardia




