Witold M. Orłowski: ¿La estrategia de un loco?

El juego de la gallina es un conocido problema de teoría de juegos que describe un juego excepcionalmente brutal y peligroso entre oponentes. Ambos jugadores conducen sus coches de frente hacia una colisión a alta velocidad. Si se produjera una colisión, ambos morirían. Sin embargo, como ambos jugadores lo saben, creen que su oponente probablemente se acobardará y dará un volantazo en el último momento. El jugador que da un volantazo salva la vida de ambos, pero pierde porque pierde prestigio y se revela como un cobarde. El jugador que no da un volantazo hasta el último momento gana. Así, ambos jugadores se lanzan uno contra el otro, esperando a que el otro capitule. La forma más efectiva de ganar el juego de la gallina es la estrategia del loco: convencer a tu oponente de que actúas irracionalmente y de que tienes la intención de conducir hasta el final, sin importar las consecuencias.

¿Qué está jugando Donald Trump con la UE?

El juego que el presidente Trump está jugando con la UE sobre los aranceles parece un juego de cobardía, o, más precisamente, un juego con una estrategia desquiciada. Incluso antes de las elecciones, y en las primeras semanas posteriores, Trump afirmó su sueño de imponer aranceles elevados a los productos europeos. Posteriormente, en el "Día de la Liberación", declaró la imposición inmediata de aranceles del 30 % a las importaciones procedentes de la UE. Menos de una semana después, los suspendió hasta el 9 de julio, declarando su disposición a negociar. El 23 de mayo, anunció abruptamente que las conversaciones eran infructuosas y que introduciría aranceles del 50 % a partir del 1 de junio. Unos días después, tras una conversación telefónica con Ursula von der Leyen, afirmó que existía la posibilidad de un acuerdo y que reanudaba las negociaciones. Solo para anunciar hace unos días que los aranceles alcanzarían el 30 % a partir del 1 de agosto y que respondería a los intentos europeos de represalia arancelaria con un nuevo aumento radical.

¿Qué efectos tendrán los aranceles de Trump?

Las exportaciones de bienes de la UE a EE. UU. ascendieron a 606 000 millones de dólares el año pasado, mientras que las de servicios ascendieron a 200 000 millones. Una disminución significativa de estas exportaciones supondría un duro golpe para la economía europea, que se encuentra en crisis y representa el 4,1 % del PIB de la UE. Las exportaciones estadounidenses a la UE son menores: 370 000 millones de dólares en bienes y 275 000 millones en servicios. Esto representa tan solo el 2,2 % del PIB. Sin embargo, es importante recordar que un aumento significativo de los aranceles estadounidenses también provocaría una mayor inflación (sobre todo porque los aranceles también están subiendo para los bienes de otros países) y, en consecuencia, un probable aumento de los tipos de interés. En general, en caso de una guerra comercial a gran escala, ambas economías sufrirían, y no está del todo claro cuál se vería más afectada (en Europa, Alemania, Irlanda, Eslovaquia, Eslovenia y Hungría serían las más afectadas). La previsión del Fondo Monetario Internacional para el crecimiento del PIB de la UE este año y el próximo es de poco más del 1 % (próximamente cero para Alemania), y para EE. UU., de menos del 2 %. En el caso de una guerra comercial, donde ambas partes aumentan los aranceles y eliminan el comercio, ambas partes corren el riesgo de empujar sus economías a una recesión.

Los negociadores de la UE se enfrentan a un dilema formidable. Ni siquiera se trata de quién perdería más en un intercambio de golpes. La pregunta crucial es qué quiere realmente Donald Trump. ¿Está realmente dispuesto a forzar una colisión sin preocuparse por las consecuencias? ¿O simplemente está empleando una estrategia descabellada? Un error de juicio podría ser muy costoso, para ambas partes y para toda la economía mundial.