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Resolver el presente pensando en el futuro del Algarve

Resolver el presente pensando en el futuro del Algarve

Resolver sus problemas requiere más que respuestas aisladas o medidas de corto plazo: requiere visión estratégica, coraje político y compromiso con la gente. Resolver el presente pensando en el futuro del Algarve es, más que un lema, una responsabilidad nacional.

En los últimos años, el Algarve ha sufrido escasez de agua, presión sobre la vivienda, un sistema de salud en dificultades, salarios inferiores a la media nacional, pobreza estructural en varias zonas y discriminación por edad que afecta tanto a los mayores como a los jóvenes. Estos desafíos complejos e interconectados no pueden resolverse con discursos fáciles o promesas vagas. Necesitan un enfoque integrado que combine inversión, reformas y proximidad a la población.

La escasez de agua es quizás el problema más urgente y transversal en el Algarve. La combinación del cambio climático, la estacionalidad turística y algunas prácticas agrícolas han colocado a la región en un umbral de riesgo permanente. La solución no pasa (solamente) por prohibir el uso o cortar el suministro: implica invertir en infraestructura de almacenamiento y transporte, reutilizar las aguas residuales, fomentar la agricultura sostenible y realizar campañas de alfabetización hídrica. Para el actual gobierno, el Algarve ha sido una prioridad. En relación a la gestión de la sequía, el gobierno ha actuado, desde el principio, para crear soluciones futuras para esta región.

Cuando el gobierno de AD asumió el cargo, obras estructurales, como la toma de agua de Pomarão , en el Guadiana, y la Planta Desaladora de Albufeira , quedaron completamente paralizadas. Por falta de condiciones técnicas y de financiación. Se han creado las condiciones para que esto suceda:

• Impulsar la revisión del Convenio de Albufeira , con la vecina España, que sentó las bases para la definición de caudales mínimos y el aprovechamiento de las aguas del Guadiana; • Reforzar la asignación de los diferentes proyectos. Recurrir, cuando sea necesario, a la reprogramación de programas, como ocurrió con Sostenible 2030;

• Realizar importantes inversiones en el ámbito de la gestión del agua y de los recursos hídricos en el Algarve, por valor de 494 millones de euros. Esta cifra incluye los 109 millones de euros de la desalinizadora de Albufeira y los 113 millones de euros de la adquisición de Pomarão.

En ambos casos, valores muy por encima de los inicialmente proyectados, que rondaban los 53 y 73 millones de euros, respectivamente. Pero también los casi 60 millones de euros dedicados a la eficiencia hídrica y a la lucha contra las pérdidas en el sector urbano. O incluso los aproximadamente 10 millones de euros invertidos en una campaña de concienciación sobre el uso sostenible del agua.

Actualmente el Algarve dispone de agua para tres años. Y, si de esta coalición depende, al final de este periodo se habrán completado los proyectos que garantizarán su resiliencia hídrica en las próximas décadas.

El programa “Água que Une” , lanzado por el actual gobierno, es una estrategia para todo el territorio continental, un paso que debe reforzarse con soluciones regionales, como la diversificación de fuentes y una mayor capacidad de los municipios para gestionar localmente sus recursos. El agua no es sólo una cuestión medioambiental: es una condición para la dignidad, el desarrollo económico y la cohesión territorial.

La vivienda se ha convertido en un activo inaccesible para muchas personas en el Algarve. El crecimiento de las segundas residencias y la revalorización de los inmuebles turísticos han tenido consecuencias para el sector de la vivienda. Para muchos jóvenes y trabajadores esenciales (profesores, enfermeras, policías), vivir en el Algarve es un lujo que no pueden permitirse.

La respuesta debe ser clara: más construcción de viviendas públicas y creación de condiciones para la inversión privada (licencias más rápidas e incentivos), un programa de rehabilitación del patrimonio urbano vinculado a la eficiencia energética, creación de condiciones para un mercado de alquiler sólido y sostenible, incentivos fiscales para la retención de los jóvenes y la movilidad de los profesionales hacia las zonas desfavorecidas. La política de vivienda no puede ser meramente reactiva. Debe planificarse en función de los datos, las necesidades y la perspectiva futura.

El Algarve sigue enfrentándose a importantes desafíos en el acceso a la atención médica, lo que se refleja en la escasez de médicos de familia, los largos tiempos de espera en los servicios de urgencias y la ausencia de especialidades clave en varias unidades hospitalarias. Estos signos de fragilidad, que afectan directamente la vida de las personas, son resultado de deficiencias estructurales acumuladas durante años. Pero hay señales positivas que conviene valorar: el fortalecimiento de las colaboraciones público-privadas, la expansión de la atención domiciliaria y la progresiva digitalización de los servicios están abriendo nuevos canales de respuesta más eficaces y cercanos a los ciudadanos.

Es momento de consolidar lo que ya está dando frutos y avanzar con decisión para resolver lo que falta. Para ello, es prioritario iniciar, con carácter de urgencia y continuidad, la construcción del nuevo Hospital Central del Algarve, un proyecto largamente esperado y que ya ha sido puesto en marcha por esta Coalición.

Implementar las siete nuevas Unidades de Salud Familiar (USF) ya decididas para reforzar la atención primaria en la región y reducir en un 75% el número de habitantes del Algarve sin médico de familia (cinco en el modelo C con asociaciones con las autoridades locales y el sector social).

Al mismo tiempo, garantizaremos que a partir del año que viene todos los pacientes con cáncer puedan realizar exámenes y tratamientos en el Algarve, que se modernicen los centros de salud, que se amplíe la red de atención continuada y que la salud mental sea una verdadera prioridad, como un derecho y no solo como retórica, e implementaremos plenamente programas de envejecimiento activo, diseñados para responder a las especificidades de la región.

Estas medidas son esenciales para garantizar una cobertura equitativa, cercana y digna, particularmente en una región marcada por el envejecimiento demográfico y la dispersión geográfica. Cuidar la salud de los habitantes del Algarve significa, ante todo, respetar su condición de ciudadanos. Y es con este respeto y sentido de compromiso que defendemos una política de salud centrada en las personas y orientada a resultados concretos.

El Algarve es una región de contrastes. Genera riqueza, pero esta riqueza no llega a todos. La estacionalidad del empleo, la informalidad en ciertos sectores y la dependencia de actividades de bajo valor agregado perpetúan ciclos de pobreza y exclusión. Es urgente transformar este modelo económico.

Debemos invertir en los sectores de futuro: la tecnología, las energías renovables, el mar, la agricultura sostenible, la salud, la educación. Necesitamos invertir más en investigación y desarrollo. Hay que atraer inversiones, pero también cualificar la mano de obra local, aumentar los salarios, combatir la precariedad y recompensar el mérito. El crecimiento económico sólo es útil si sirve para mejorar la vida real de las personas.

El Algarve tiene una de las poblaciones más antiguas del país y, al mismo tiempo, jóvenes que emigran por falta de oportunidades. Esta división sólo puede resolverse con políticas que reconozcan el valor de todas las generaciones. El edadismo —la discriminación basada en la edad— debe combatirse en la práctica: en la salud, el empleo y la participación cívica. Las personas mayores deben integrarse activamente en la comunidad y los más jóvenes deben poder construir su futuro aquí, con empleo decente, vivienda asequible y espacio para innovar. Un Algarve intergeneracional es un Algarve más cohesionado y mejor preparado para el futuro.

La esperanza no se impone: se construye. Y se construye con políticas públicas serias, participación ciudadana activa, diálogo con el sector social y valoración de lo local. Resolver el presente del Algarve pasa por cuidar de su gente, proteger su territorio y crear vías para la prosperidad. Pensar en el futuro significa garantizar que nadie se quede atrás. El Algarve no es sólo un destino de vacaciones. Es el hogar de cientos de miles de portugueses. Merece políticas acordes con su importancia y sus desafíos. Y sobre todo, merece un futuro con dignidad, sostenibilidad y bienestar. El momento de actuar es ahora.

María Gracia Carvalho | Cabeza de lista de AD para la Asamblea de la República por el distrito electoral de Faro

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