Uno de cada 17 estudiantes dice haber sido acosado y el 1,2% admite ser acosador
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Uno de cada 17 estudiantes de entre 11 y 18 años afirma haber sufrido acoso escolar y un 1,2% admite haber sido acosador en algún momento, según un informe publicado hoy.
Las conclusiones están recogidas en el informe del Grupo de Trabajo contra el Acoso Escolar, presentado hoy, que encuestó a 31.133 jóvenes de entre 11 y 18 años, desde 2º ciclo hasta educación secundaria.
Según los resultados, presentados por la investigadora Manuela Veríssimo en una sesión que tuvo lugar en la Escola Secundária Rainha Dona Leonor, en Lisboa, el 5,9% de los estudiantes informaron haberse sentido víctimas de acoso escolar.
Hay más de 1.800 estudiantes y, en promedio, representan aproximadamente uno de cada 17 estudiantes.
Por otro lado, sólo el 1,2% (alrededor de 370) admite haber sido víctima de acoso escolar y el 12,4% (más de 3.800) ha presenciado situaciones de violencia.
Según Manuela Veríssimo, autora del estudio, se trata de un fenómeno, sobre todo, relacional y los datos sitúan a Portugal en una situación mucho más preocupante en comparación con otros países, como Finlandia, Dinamarca y Japón, donde el porcentaje de víctimas suele estar por debajo del 2%.
En cuanto al ciberacoso, son menos los jóvenes que se consideran agresores (0,8%) y menos los testigos (5,7%), pero más las víctimas (6,1%).
A diferencia del bullying, en estos casos el fenómeno tiende a estar asociado a la edad y cuanto mayor es el alumnado más frecuentes se vuelven las situaciones, tendencia que la investigadora explica con la mayor familiaridad y uso de las tecnologías digitales.
Otra tendencia destacada por Manuela Veríssimo es el porcentaje superior al promedio de jóvenes de otro género, ni mujer ni hombre, que se identificaron como víctimas y agresores, un hecho que, según la autora, merece atención.
El grupo de trabajo fue creado en septiembre por los Ministerios de Educación, Ciencia e Innovación y Juventud y Modernización, con el objetivo de desarrollar estrategias para prevenir y combatir el acoso escolar.
Además de los resultados de la encuesta, el informe también incluye un conjunto de recomendaciones, con especial foco en la prevención, que incluyen, por ejemplo, la creación de equipos especializados en las escuelas para actuar en la mediación de conflictos y prestar apoyo a las víctimas, y un enfoque en la formación de profesionales.
Por otra parte, el grupo de trabajo también sugiere la creación de programas de adquisición de habilidades socioemocionales, especial atención a la creciente diversidad en las escuelas, reconociendo que muchos casos surgen de una incapacidad para aceptar la diferencia, y la revisión del estatus del estudiante.
Una de las recomendaciones destacadas por Maria João Horta, directora general adjunta y representante de la Dirección General de Educación en el grupo de trabajo, fue la creación de una línea de apoyo dirigida a los estudiantes.
“En Portugal tenemos una línea de atención a las víctimas, pero no especifica estas situaciones, que tienen contextos muy específicos teniendo en cuenta las edades de las víctimas y del agresor”, explicó, subrayando que debe ser una línea con múltiples canales de acceso que permita dar apoyo a las víctimas y encaminar los casos a los equipos escolares.
Al menos esta recomendación debería ser aceptada por el Gobierno, que hoy se ha comprometido, sin fijar plazo, a crear una línea de apoyo para los estudiantes víctimas de acoso escolar.
Uno de cada 17 estudiantes de entre 11 y 18 años afirma haber sufrido acoso escolar y un 1,2% admite haber sido acosador en algún momento, según un informe publicado hoy.
Las conclusiones están recogidas en el informe del Grupo de Trabajo contra el Acoso Escolar, presentado hoy, que encuestó a 31.133 jóvenes de entre 11 y 18 años, desde 2º ciclo hasta educación secundaria.
Según los resultados, presentados por la investigadora Manuela Veríssimo en una sesión que tuvo lugar en la Escola Secundária Rainha Dona Leonor, en Lisboa, el 5,9% de los estudiantes informaron haberse sentido víctimas de acoso escolar.
Hay más de 1.800 estudiantes y, en promedio, representan aproximadamente uno de cada 17 estudiantes.
Por otro lado, sólo el 1,2% (alrededor de 370) admite haber sido víctima de acoso escolar y el 12,4% (más de 3.800) ha presenciado situaciones de violencia.
Según Manuela Veríssimo, autora del estudio, se trata de un fenómeno, sobre todo, relacional y los datos sitúan a Portugal en una situación mucho más preocupante en comparación con otros países, como Finlandia, Dinamarca y Japón, donde el porcentaje de víctimas suele estar por debajo del 2%.
En cuanto al ciberacoso, son menos los jóvenes que se consideran agresores (0,8%) y menos los testigos (5,7%), pero más las víctimas (6,1%).
A diferencia del bullying, en estos casos el fenómeno tiende a estar asociado a la edad y cuanto mayor es el alumnado más frecuentes se vuelven las situaciones, tendencia que la investigadora explica con la mayor familiaridad y uso de las tecnologías digitales.
Otra tendencia destacada por Manuela Veríssimo es el porcentaje superior al promedio de jóvenes de otro género, ni mujer ni hombre, que se identificaron como víctimas y agresores, un hecho que, según la autora, merece atención.
El grupo de trabajo fue creado en septiembre por los Ministerios de Educación, Ciencia e Innovación y Juventud y Modernización, con el objetivo de desarrollar estrategias para prevenir y combatir el acoso escolar.
Además de los resultados de la encuesta, el informe también incluye un conjunto de recomendaciones, con especial foco en la prevención, que incluyen, por ejemplo, la creación de equipos especializados en las escuelas para actuar en la mediación de conflictos y prestar apoyo a las víctimas, y un enfoque en la formación de profesionales.
Por otra parte, el grupo de trabajo también sugiere la creación de programas de adquisición de habilidades socioemocionales, especial atención a la creciente diversidad en las escuelas, reconociendo que muchos casos surgen de una incapacidad para aceptar la diferencia, y la revisión del estatus del estudiante.
Una de las recomendaciones destacadas por Maria João Horta, directora general adjunta y representante de la Dirección General de Educación en el grupo de trabajo, fue la creación de una línea de apoyo dirigida a los estudiantes.
“En Portugal tenemos una línea de atención a las víctimas, pero no especifica estas situaciones, que tienen contextos muy específicos teniendo en cuenta las edades de las víctimas y del agresor”, explicó, subrayando que debe ser una línea con múltiples canales de acceso que permita dar apoyo a las víctimas y encaminar los casos a los equipos escolares.
Al menos esta recomendación debería ser aceptada por el Gobierno, que hoy se ha comprometido, sin fijar plazo, a crear una línea de apoyo para los estudiantes víctimas de acoso escolar.
Uno de cada 17 estudiantes de entre 11 y 18 años afirma haber sufrido acoso escolar y un 1,2% admite haber sido acosador en algún momento, según un informe publicado hoy.
Las conclusiones están recogidas en el informe del Grupo de Trabajo contra el Acoso Escolar, presentado hoy, que encuestó a 31.133 jóvenes de entre 11 y 18 años, desde 2º ciclo hasta educación secundaria.
Según los resultados, presentados por la investigadora Manuela Veríssimo en una sesión que tuvo lugar en la Escola Secundária Rainha Dona Leonor, en Lisboa, el 5,9% de los estudiantes informaron haberse sentido víctimas de acoso escolar.
Hay más de 1.800 estudiantes y, en promedio, representan aproximadamente uno de cada 17 estudiantes.
Por otro lado, sólo el 1,2% (alrededor de 370) admite haber sido víctima de acoso escolar y el 12,4% (más de 3.800) ha presenciado situaciones de violencia.
Según Manuela Veríssimo, autora del estudio, se trata de un fenómeno, sobre todo, relacional y los datos sitúan a Portugal en una situación mucho más preocupante en comparación con otros países, como Finlandia, Dinamarca y Japón, donde el porcentaje de víctimas suele estar por debajo del 2%.
En cuanto al ciberacoso, son menos los jóvenes que se consideran agresores (0,8%) y menos los testigos (5,7%), pero más las víctimas (6,1%).
A diferencia del bullying, en estos casos el fenómeno tiende a estar asociado a la edad y cuanto mayor es el alumnado más frecuentes se vuelven las situaciones, tendencia que la investigadora explica con la mayor familiaridad y uso de las tecnologías digitales.
Otra tendencia destacada por Manuela Veríssimo es el porcentaje superior al promedio de jóvenes de otro género, ni mujer ni hombre, que se identificaron como víctimas y agresores, un hecho que, según la autora, merece atención.
El grupo de trabajo fue creado en septiembre por los Ministerios de Educación, Ciencia e Innovación y Juventud y Modernización, con el objetivo de desarrollar estrategias para prevenir y combatir el acoso escolar.
Además de los resultados de la encuesta, el informe también incluye un conjunto de recomendaciones, con especial foco en la prevención, que incluyen, por ejemplo, la creación de equipos especializados en las escuelas para actuar en la mediación de conflictos y prestar apoyo a las víctimas, y un enfoque en la formación de profesionales.
Por otra parte, el grupo de trabajo también sugiere la creación de programas de adquisición de habilidades socioemocionales, especial atención a la creciente diversidad en las escuelas, reconociendo que muchos casos surgen de una incapacidad para aceptar la diferencia, y la revisión del estatus del estudiante.
Una de las recomendaciones destacadas por Maria João Horta, directora general adjunta y representante de la Dirección General de Educación en el grupo de trabajo, fue la creación de una línea de apoyo dirigida a los estudiantes.
“En Portugal tenemos una línea de atención a las víctimas, pero no especifica estas situaciones, que tienen contextos muy específicos teniendo en cuenta las edades de las víctimas y del agresor”, explicó, subrayando que debe ser una línea con múltiples canales de acceso que permita dar apoyo a las víctimas y encaminar los casos a los equipos escolares.
Al menos esta recomendación debería ser aceptada por el Gobierno, que hoy se ha comprometido, sin fijar plazo, a crear una línea de apoyo para los estudiantes víctimas de acoso escolar.
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