La luna más cercana del año: El 5 de noviembre, el cielo mostrará una rara coincidencia de órbitas.

El 5 de noviembre de 2025, personas de todo el mundo podrán observar la luna llena más cercana del año: un raro fenómeno astronómico conocido como superluna. Ese día, la Luna se acercará a la Tierra a una distancia aproximada de 356.000 kilómetros y se verá notablemente más brillante de lo habitual.
El 5 de noviembre de 2025, los habitantes de la Tierra podrán presenciar uno de los fenómenos lunares más espectaculares: la luna llena, que coincide con el punto más cercano de la Luna a nuestro planeta, la llamada «superluna». Ese día, la Luna se acercará a la Tierra a una distancia aproximada de 356 980 km (221 800 millas), convirtiéndose en la luna llena más cercana del año. Debido a esta proximidad, el disco lunar se verá ligeramente más grande y notablemente más brillante que una luna llena típica. Tradicionalmente, esta luna llena de noviembre se conoce como la Luna del Cazador.
Para comprender qué está sucediendo exactamente, analicemos tres puntos clave:
La fase de luna llena. Cuando la Luna, la Tierra y el Sol están casi alineados (con la Tierra en el medio), vemos el disco lunar completamente iluminado: esta es la luna llena.
La órbita de la Luna es elíptica. Esto significa que hay períodos en los que la Luna está más cerca de la Tierra (perigeo) y en los que está más lejos (apogeo).
La coincidencia de la luna llena con el perigeo crea un efecto de "superluna". La luna estará más cerca, por lo que se verá ligeramente más grande y brillante de lo habitual.
Para el 5 de noviembre de 2025, el momento de la totalidad y el momento del perigeo casi coinciden: según los datos, la luna llena es a las 13:19 UTC (≈ 8:19 EST) y el perigeo unas horas más tarde.
Por cierto, el término “superluna” no existe en la astronomía estricta; es más bien un término popular, pero bastante informativo.
El nombre de la luna llena suele tener un carácter estacional y folclórico. En el hemisferio norte:
Luna de la Cosecha: la luna más cercana al equinoccio de otoño.
La Luna del Cazador es la primera luna llena después de la Luna de la Cosecha.
Luna del castor: generalmente una luna llena en noviembre, cuando los castores están construyendo activamente sus nidos.
En 2025, la Luna de la Cosecha cayó a principios de octubre, por lo que la luna llena de noviembre se considera una Luna del Cazador en lugar de una Luna del Castor, una rara desalineación del calendario.
Por eso, a menudo se ven variaciones de "Superluna del Castor" o "Superluna del Cazador" en titulares y artículos; es importante tener en cuenta el contexto.
Cuando la Luna, la Tierra y el Sol están casi alineados, vemos un disco lunar completamente iluminado: esto es la luna llena. Foto: Planetario de Moscú
Desde una perspectiva científica, los astrónomos conocen la diferencia de distancia entre la Tierra y la Luna desde la antigüedad; Hiparco y Ptolomeo ya lo observaron. Sin embargo, el concepto mismo de superluna como fenómeno especial es bastante reciente.
El término moderno «superluna» apareció recién en 1979. Fue acuñado por el astrólogo estadounidense Richard Nolle, quien la definió como una luna llena (o luna nueva) que ocurre dentro del 90% de la distancia mínima de la Luna a la Tierra (perigeo). Posteriormente, los astrónomos adoptaron el término como una designación práctica y popular para la luna llena en perigeo.
El mejor momento para observar la superluna es la noche del 5 de noviembre , cuando la luna se eleva sobre el horizonte este. Durante estas horas, el disco lunar se ve especialmente grande e impresionante; su brillo ilumina suavemente el paisaje, creando un efecto similar al de la luz del día.
Cuando la luna se acerca al horizonte, se produce la llamada «ilusión lunar»: la luna parece mucho más grande de lo que realmente es. Se trata de una ilusión óptica; nuestro cerebro compara el tamaño del astro con el de los objetos del horizonte. Sin embargo, es precisamente esta ilusión la que hace que la superluna parezca aún más impresionante.
La influencia de la Luna en las mareas será ligeramente mayor de lo habitual ese día. Si bien el efecto no es drástico, las mareas oceánicas durante las superlunas suelen ser un poco más altas de lo normal.
En los países asiáticos y Rusia, la hora y la visibilidad del fenómeno pueden variar según la zona horaria y las condiciones meteorológicas. Los astrónomos recomiendan consultar el calendario lunar con antelación y calcular la hora del amanecer en su ubicación.
Los observadores podrán disfrutar de una luna más brillante y poderosa, especialmente cerca del horizonte. Esta es una excelente oportunidad para tomar fotografías espectaculares: las siluetas de edificios, árboles y colinas recortadas contra el gran disco lunar resultan particularmente impactantes. Incluso sin cámara, una superluna invita a detenerse y admirar el cielo nocturno.
No esperes milagros: la Luna no se verá "gigante", como sugieren algunas fotos en internet. Su diámetro aparente real aumentará entre un 8 y un 15 % de su tamaño normal, y su brillo aumentará aproximadamente un tercio. Esto es perceptible a simple vista, pero no creará un contraste impactante. Además, no consideres la superluna un evento único; es poco frecuente, pero completamente natural. Y, por supuesto, la observación no será ideal en todas partes: la nubosidad, las luces de la ciudad o un terreno irregular podrían ocultar parte del espectáculo.
El diámetro aparente de la Luna aumentará aproximadamente entre un 8 % y un 15 % de su tamaño normal. Foto: Redes sociales
Cómo la inusual Luna desató creencias místicas
Los eslavos consideraban la luna brillante y enorme como presagio de cambios climáticos y del destino. Decían: «Si la luna está cerca de la tierra, prepárense para vientos y agitación». Creían que en esas noches debían evitarse las disputas, pues de lo contrario el rencor perduraría por mucho tiempo. Las mujeres evitaban las labores de costura, para no «enredar el hilo del destino».
Los antiguos chinos creían que una luna muy grande era señal de que se avecinaban acontecimientos importantes o cambios en la familia imperial. El pueblo llano creía que su luz «despertaba a los espíritus de los ríos y las montañas», por lo que procuraban evitar viajar de noche.
Los indígenas norteamericanos asociaban la brillante luna otoñal con la abundancia, ya que ayudaba a los cazadores a avistar a sus presas por la noche. De ahí el nombre de Luna del Cazador . Creían que si el humo de una fogata se elevaba verticalmente en una noche así, el año sería próspero y pacífico.
En la antigüedad (entre los griegos y los romanos), se creía que una luna inusualmente grande intensificaba todas las pasiones: el amor, los celos, la locura. No es casualidad que la palabra «lunático » provenga de la creencia de que las fases de la luna influyen en el comportamiento humano.
En Japón, las grandes lunas de otoño se consideraban un tiempo de purificación y gratitud hacia la naturaleza. Se celebraban ceremonias del té y picnics nocturnos de tsukimi (contemplación de la luna), una tradición que ha perdurado hasta nuestros días.
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