¿Podría la disputa entre Musk y Trump avivar las divisiones republicanas antes de las elecciones intermedias? ANÁLISIS

Incluso para los estándares de la relación entre el presidente Donald Trump y el multimillonario Elon Musk (una alianza sin precedentes marcada por una reestructuración del gobierno inspirada en un meme, numerosos lanzamientos de cohetes, intentos de asesinato, una apuesta política de 250 millones de dólares y oportunidades para tomar fotografías con autos eléctricos), ha sido una semana inusual.

Durante meses, Musk había sido el asesor más cercano de Trump, incluso vivía en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida y pasaba tiempo con la familia del presidente.

Más recientemente, Trump despidió a Musk en la Oficina Oval con una felicitación por su trabajo liderando los esfuerzos de reducción de costos en su administración, entregándole una llave dorada con una insignia de la Casa Blanca.

Pero las críticas silenciadas del multimillonario al "gran y hermoso proyecto de ley" de Trump se hicieron más fuertes y más directas, y culminaron el jueves en publicaciones en su plataforma de redes sociales en las que se atribuía el mérito de la victoria de Trump en noviembre y de la toma de control del Senado por parte de los republicanos.

"Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado", publicó Musk. "¡Qué ingratitud!".

Algunos legisladores y republicanos están preocupados de que la aparente y amarga salida de Musk de la órbita de Trump pueda crear nuevas incertidumbres para el partido y avivar las divisiones republicanas que no serían de gran utilidad para los republicanos de cara a un período legislativo crítico antes de las elecciones de mitad de período.

Los ataques de ida y vuelta, que continuaron durante el fin de semana y adquirieron un cariz marcadamente personal, resonaron en toda una capital que ambos han remodelado.

Trump dijo el viernes a varios periodistas por teléfono que no estaba pensando en Musk y le dijo al corresponsal jefe de ABC News en Washington, Jonathan Karl, que Musk había "perdido la cabeza".

En el corto plazo, Trump y el Partido Republicano están intentando imponer su megaproyecto de ley sobre impuestos y política interna en la Cámara de Representantes y el Senado, con márgenes muy estrechos y sin escasez de desacuerdos.

Cualquier cambio en los temas clave podría derribar el equilibrio necesario para complacer a los republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado.

Un torrente incesante de críticas desde el megáfono de las redes sociales de Musk podría hacer colapsar las negociaciones, endurecer la posición de los críticos del proyecto de ley e incluso socavar otros aspectos de la agenda del primer mandato de Trump.

"Detestas ver división y caos", declaró a ABC News el representante Don Bacon, republicano por Nebraska, quien representa un distrito clave, sobre el altercado entre Trump y Musk. "No ayuda".

El representante Jodey Arrington, republicano por Texas, presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, calificó a Musk como una "voz creíble" en cuestiones de "deuda y gasto".

"Nunca ayuda que diga esas cosas. Es una persona creíble y tiene un amplio alcance, pero creo que está frustrado y la gente entiende el contexto", dijo Arrington, prediciendo que ambos hombres eventualmente resolverán su disputa.

Los agentes republicanos que siguen el desarrollo de la disputa esta semana dijeron a ABC News que es demasiado pronto para decir cómo la disputa entre Trump y Musk podría afectar las próximas elecciones.

El multimillonario gastó más que nadie en las últimas elecciones, invirtiendo 270 millones de dólares en grupos que apoyaron a Trump y a otros republicanos en todos los niveles de la boleta, según documentos presentados ante la Comisión Federal Electoral .

Ya sugirió que reduciría sus donaciones políticas en el próximo ciclo, a más de un año de las elecciones de mitad de período.

En la recta final de la carrera de 2024, se trasladó a Pensilvania, donde organizó reuniones públicas y financió su propia iniciativa para movilizar a la gente a votar en ese estado clave.

Desde su incursión en Washington, Musk se ha convertido en una figura profundamente polarizadora e impopular, mientras que el índice de aprobación del presidente ha aumentado en algunas encuestas recientes.

Los grupos afiliados a Musk gastaron 20 millones de dólares esta primavera en la carrera por la Corte Suprema de Wisconsin, solo para que ganara el candidato liberal, lo que indicó a algunos republicanos los límites del poder político de Musk.

Aunque los republicanos pueden extrañar su apoyo en el próximo ciclo, Trump ha seguido recaudando millones de dólares para apoyar sus planes políticos futuros, una suma notable para un presidente con un mandato limitado que subraya su papel central en el partido y su estatus indiscutible de hacedor de reyes.

El representante Mike Lawler, republicano por Nueva York, quien considera postularse a gobernador en 2026, minimizó las tensiones o implicaciones políticas, sugiriendo que los periodistas "pasan mucho más tiempo preocupándose por estas cosas que la mayoría de la gente común".

"Estoy seguro de que harán las paces", dijo Lawler a ABC News el viernes.

Hubo algunas señales de distensión. Mientras Musk seguía insultando a Steve Bannon, aliado y crítico de Trump, su actividad en redes sociales pareció disminuir el viernes, y el multimillonario afirmó que un partidario "no se equivocaba" al afirmar que Trump y Musk son "mucho más fuertes juntos que separados".

A lo largo de casi una década en política y tres campañas para la Casa Blanca, Trump ha demostrado una notable capacidad para superar disputas o desacuerdos con muchos rivales internos del partido y antiguos críticos, incluidos algunos que ahora forman parte de su gabinete.

Ahora, algunos republicanos abandonaron Washington esta semana preguntándose si Musk está dispuesto a hacer lo mismo.