Artrosis de rodilla: una marcha diferente podría ayudar

Nueva York/Neijiang. Según un estudio, quienes padecen osteoartritis pueden ralentizar la progresión de su enfermedad realizando pequeños ajustes en su forma de andar. Según Valentina Mazzoli, codirectora del estudio publicado en la revista "The Lancet Rheumatology", esta "opción sencilla y relativamente económica para tratar la osteoartritis en fase inicial" puede reducir la tensión en las rodillas, con efectos positivos en la percepción del dolor.
Según la organización alemana de ayuda a la artritis, aproximadamente cinco millones de personas en Alemania padecen osteoartritis. En esta enfermedad, el cartílago de la articulación se deteriora. Si se destruye, el cartílago protector provoca un dolor intenso. Las personas afectadas ya no pueden soportar el peso adecuado sobre la rodilla, a menudo participan menos en deportes y ven limitada su vida diaria.

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La osteoartritis suele aparecer con la edad y es incurable. El tratamiento incluye fisioterapia, analgésicos y, en los casos más graves, cirugía de reemplazo de rodilla. Según la Línea de Ayuda para la Osteoartritis, el ejercicio sin carga es beneficioso, ya que mejora la nutrición del cartílago articular y ralentiza la progresión de la osteoartritis.
Esto fue confirmado recientemente por un estudio de revisión publicado en la revista PLOS One por un equipo de investigación del Primer Hospital Popular de Neijiang (China): junto con las rodilleras, el aquagym y otras formas de ejercicio fueron las terapias no farmacológicas más prometedoras. Los resultados se recopilaron a partir de 139 estudios con un total de casi 10.000 pacientes.
El equipo dirigido por Valentina Mazzoli, con investigadores de la clínica Langone Health de la Universidad de Nueva York, la Universidad de Utah y Stanford, ha investigado ahora si un cambio en la posición del pie al caminar puede reducir la tensión en la articulación.
Para este ejercicio, se indicó a 34 hombres y mujeres con osteoartritis de rodilla leve a moderada que inclinaran los pies hacia adentro o hacia afuera cinco o diez grados con respecto a su alineación natural. Cada participante fue evaluado para determinar qué posición del pie le resultaba más adecuada. A otras 34 personas afectadas se les dieron instrucciones sin ninguna sugerencia de modificación.
A todos se les recomendó caminar de acuerdo con esta práctica durante al menos 20 minutos al día, escribieron los científicos en la revista "The Lancet Rheumatology". Se realizaron comparaciones a lo largo de un año, y al final se monitorizaron los efectos de la marcha modificada en la rodilla mediante resonancias magnéticas.
Los resultados indican que los participantes que corrigieron la posición del pie experimentaron una degradación más lenta del cartílago en la cara interna de la rodilla. «Aunque nuestros resultados deben confirmarse en estudios futuros, sugieren la posibilidad de que el nuevo tratamiento no invasivo pueda ayudar a retrasar la cirugía», declaró Mazzoli en el comunicado de prensa.
Además, según los participantes, el dolor se redujo en 2,5 puntos en una escala de diez. Según el comunicado de prensa, este es un efecto equivalente al de los analgésicos de venta libre.
"Estos resultados subrayan la importancia del tratamiento personalizado en lugar de un enfoque universal para la osteoartritis", explicó Mazzoli, coinvestigador principal. "Si bien esta estrategia puede parecer compleja, los recientes avances en la detección del movimiento de diferentes partes del cuerpo mediante inteligencia artificial podrían facilitarla y agilizarla como nunca antes".
RND/dpa
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