Estados Unidos afirma haber destruido otro presunto barco narcotraficante en el Pacífico, causando la muerte de todos sus tripulantes.

El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, dijo el miércoles que el ejército del país llevó a cabo otro ataque contra un barco que, según él, transportaba drogas en el océano Pacífico oriental, matando a las cuatro personas a bordo.
El ataque se produjo un día después de que Hegseth afirmara que Estados Unidos llevó a cabo tres ataques en la misma región el lunes, en los que murieron 14 personas. Mientras tanto, la administración Trump prosigue su polémica campaña contra los cárteles de la droga en las aguas de Sudamérica.
Hegseth, quien ha estado viajando por Japón y Malasia, declaró en una publicación en redes sociales que la inteligencia determinó que la embarcación estaba "transitando por una ruta conocida de narcotráfico y transportando estupefacientes". Añadió que el ataque se llevó a cabo en aguas internacionales y que ninguna fuerza estadounidense resultó herida.
Un vídeo publicado por Hegseth muestra un barco explotando en llamas y humo.

La administración Trump ha estado llevando a cabo una campaña de casi dos meses en la región, al tiempo que ha desplegado una fuerza inusualmente grande de buques de guerra con infantería de marina y aeronaves. Su presencia ha alimentado las especulaciones de que estas acciones tienen como objetivo derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Estados Unidos acusa de narcoterrorismo.
Los expertos han cuestionado la legalidad de los ataques, que ya han causado la muerte de al menos 61 personas.
El presidente estadounidense Donald Trump ha justificado los ataques contra los barcos como una escalada necesaria para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos.
Ha afirmado que Estados Unidos está inmerso en un "conflicto armado" con los cárteles de la droga, basándose en la misma autoridad legal utilizada por la administración Bush cuando declaró la guerra contra el terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Pero a medida que ha aumentado el número de ataques, se ha intensificado el debate en el Congreso sobre los límites del poder presidencial. Los ataques se han producido sin ninguna investigación legal ni una declaración de guerra tradicional por parte del Congreso, y algunos legisladores, incluidos otros republicanos, han cuestionado la falta de pruebas contundentes que justifiquen los asesinatos.

El gobierno de Trump no ha presentado ninguna prueba que respalde sus afirmaciones sobre los barcos que han sido atacados, su conexión con los cárteles de la droga, o incluso la identidad de las personas muertas en los ataques.
La huelga anunciada por Hegseth el miércoles es la decimocuarta desde que comenzó la campaña.
cbc.ca




