Los centros de datos pueden reducir significativamente las emisiones de CO2. Sin embargo, hay un aspecto importante.

La creciente demanda de potencia informática y el desarrollo de la IA están convirtiendo a los centros de datos en una de las fuentes de emisiones de dióxido de carbono de más rápido crecimiento.
Los centros de datos pueden reducir las emisiones de CO2 en un 40 por ciento.Actualmente, el sector de las tecnologías de la información se enfrenta al reto de conciliar el desarrollo de infraestructuras con los objetivos climáticos establecidos.
El último informe de Arup muestra la importancia de adoptar la estrategia adecuada en la fase de diseño para lograr una reducción de la huella de carbono de hasta un 40%.
El sector de los centros de datos se está desarrollando de forma muy dinámica, y con ello, crece el número de instalaciones de este tipo que se construyen en todo el mundo. Es fundamental tener en cuenta todo el ciclo de vida de una instalación durante las fases de planificación e implementación, y no solo la reducción de las emisiones asociadas a su funcionamiento. «Las medidas de reducción deben implementarse desde la fase de diseño, no solo una vez finalizada la construcción», comenta Andrzej Borowski, responsable de tecnología en Arup.
Los datos incluidos en el informe muestran que las emisiones generadas durante el funcionamiento diario de los centros de datos pueden constituir hasta el 80% de su huella de carbono total.
Las emisiones relacionadas con los materiales y la construcción representan el 20 por ciento restante. A medida que crece la importancia de las energías renovables, también aumenta el impacto de las emisiones de los componentes integrados.
“Actualmente, se están construyendo centros de datos rápidamente en todo el mundo para responder a la creciente demanda de potencia informática y servicios digitales. Este desarrollo dinámico plantea desafíos a la industria que requieren cambios en las etapas de diseño, construcción y operación”, enfatiza Andrzej Borowski.

Periodista, licenciado en Ciencias Políticas por la Facultad de Derecho y Administración de la Universidad Jaguelónica. Con más de 40 años de experiencia en los medios de comunicación, tras graduarse en 1982, trabajó en las redacciones de "Gazeta Krakowska" y "Kurier Polski", y fue miembro del equipo editorial de "Przegląd Techniczny". Ha publicado artículos en "Student", "Przekrój" y "Życie Literackie". Desde la transformación económica y política, ha colaborado con Reuters como corresponsal en Cracovia durante más de 20 años. Durante los tres años siguientes, impartió clases prácticas a estudiantes del Instituto de Periodismo, Medios de Comunicación y Comunicación Social de la Universidad Jaguelónica. Desde diciembre de 2021, forma parte del Grupo PTWP y trabaja para el portal WNP.PL. Sus principales intereses profesionales se centran en la economía y la política a nivel global y en la participación de las empresas polacas en este ámbito, especialmente las que cotizan en la Bolsa de Varsovia. Ganadora del premio "Ostra Pióra", otorgado por la BCC por "difundir la educación económica", así como de la Pera de Oro, un premio periodístico de la filial de Małopolska de la Asociación de Periodistas de la República de Polonia.
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