Los holandeses siguen pesimistas respecto a la economía: la confianza está muy por debajo del nivel promedio
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Aún nos falta confianza en la economía y en nuestras propias finanzas. Por tercer mes consecutivo, la confianza del consumidor se ha mantenido sin cambios, según cifras de la Oficina Central de Estadística de los Países Bajos (CBS).
El índice vuelve a situarse en -32, al igual que en julio y agosto. Esto significa que la confianza se mantiene muy por debajo del promedio de -10 de los últimos veinte años.
Tras una cautelosa recuperación desde el punto más bajo de octubre de 2022, la mejora se estancó durante 2024. En ese momento, la confianza del consumidor parecía estar saliendo lentamente del punto más bajo, pero esa tendencia se ha estabilizado en los últimos meses.
Históricamente, el nivel actual sigue siendo excepcionalmente bajo. En enero de 2000, el índice alcanzó un máximo histórico de +36, mientras que el de los consumidores alcanzó su nivel más bajo en septiembre y octubre de 2022, con -59.
Los consumidores se mostraron ligeramente más pesimistas respecto a la economía en septiembre que el mes anterior. Su valoración de la situación económica de los últimos doce meses se deterioró ligeramente.
Al mismo tiempo, la confianza en la economía para los próximos doce meses se mantuvo sin cambios. Esto sugiere que los holandeses esperan pocos cambios, aunque aún prevalece un tono pesimista.
El momento para compras importantes, como muebles, coches o aparatos electrónicos, todavía se considera desfavorable. Esta percepción no ha cambiado desde agosto.
Sin embargo, hay un aspecto positivo: los consumidores se muestran algo más optimistas sobre su situación financiera para el próximo año. Esta valoración se ha mantenido sin cambios en los últimos doce meses.
Según los economistas, la alta inflación de los últimos años sigue contribuyendo a la baja confianza en la economía. Si bien el aumento de precios se ha estabilizado, muchos hogares aún sufren las consecuencias. Además, la incertidumbre en torno a la economía, como el mercado inmobiliario y las facturas de energía, genera una reticencia continua.
La confianza del consumidor es un indicador clave, ya que a menudo influye en los patrones de gasto. Quienes tienen poca confianza posponen compras importantes y son más propensos a moderar sus gastos. En consecuencia, la baja confianza puede obstaculizar el crecimiento económico.
Metro Holland