El presidente turco celebra el desarme del PKK

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, celebró el sábado el final de la primera fase del desarme del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y afirmó que "Turquía ha ganado, 86 millones de ciudadanos han ganado".
"Sabemos lo que hacemos, nadie debe preocuparse, tener miedo ni cuestionarse; todo lo que hacemos es por Turquía, por nuestro futuro y por nuestra independencia", declaró el jefe de Estado a los miembros de su partido, reunidos en asamblea plenaria, al día siguiente de finalizar la primera fase del desarme del PKK, considerado "terrorista".
Cuatro décadas de guerra de guerrillas han provocado “al menos 50.000 muertos”, incluidos dos mil soldados turcos, recordó Erdogan, citado por la agencia de prensa francesa France-Presse (AFP).
Una treintena de combatientes kurdos, hombres y mujeres, incluidos cuatro comandantes, destruyeron simbólicamente sus armas el viernes durante una ceremonia en el norte de Irak, cerca de sus bases en las montañas que rodean la región autónoma del Kurdistán.
Erdogan anunció la creación de un comité en el Parlamento turco para continuar el proceso de paz “y discutir los requisitos legales del proceso”, algo que preocupa a los miembros del PKK.
En una entrevista con AFP el viernes en Irak, la copresidenta del PKK, Bese Hozat, pidió garantías de seguridad antes de que los combatientes puedan regresar a Turquía: "Sin garantías legales y constitucionales, terminaremos en prisión o muertos", dijo, y agregó que "hoy es un nuevo día, una nueva página en la historia, es el día de una Turquía nueva y fuerte".
El PKK, que pretendía crear un Estado kurdo independiente de Turquía, decidió poner fin a más de cuatro décadas de combates contra las fuerzas turcas, que dejaron más de 40.000 muertos, tras años en los que se vieron obligadas a retirarse a las montañas del norte de Irak.
El 12 de mayo, el PKK anunció su disolución y el fin de más de cuatro décadas de guerra de guerrillas que había causado más de 40.000 muertos, en respuesta a un llamamiento hecho a finales de febrero por su líder histórico Abdullah Ocalan, encarcelado desde 1999 en la isla prisión de Imrali, frente a Estambul.
A finales de junio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que se reuniría en los próximos días con una delegación del Partido Igualdad y Democracia de los Pueblos (DEM, antes HDP – Partido Democrático de los Pueblos), la principal fuerza política pro kurda en Turquía, que jugó un papel clave en el intercambio de mensajes entre Öcalan y Ankara.
Este gesto del jefe de Estado turco se produce después de que anunciara, el 27 de mayo, la creación de un equipo jurídico para redactar una nueva Constitución, lo que, según algunos analistas y opositores, hace temer que Erdogan tenga intención de permanecer en el poder, ya que no puede presentarse a la reelección.
El Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan y sus aliados nacionalistas carecen de los votos necesarios para aprobar una nueva constitución.
Algunos analistas dijeron que creen que el reciente impulso del gobierno para poner fin al conflicto que dura décadas con el PKK es parte de una estrategia para ganar el apoyo de un partido pro kurdo en el parlamento.
El ejército turco mantiene decenas de posiciones en el Kurdistán autónomo, en el norte de Irak, desde donde lleva años realizando operaciones terrestres y aéreas contra el PKK, que se ha visto obligado a retirarse.
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