Los bancos conceden hipotecas a mitad de ritmo que antes de la Gran Recesión

En marzo y mayo del 2006 se produjeron dos acontecimientos memorables y un tercero que, sin serlo tanto, cobra trascendencia con los años. ETA anunció su alto el fuego permanente y el Barça ganó su segunda Copa de Europa. Además –este es el tercer acontecimiento–, esos dos meses la firma de hipotecas superó por única vez hasta la fecha los 17.000 millones de euros. Era uno de los indicios de la burbuja inmobiliaria que condujo a la Gran Recesión del 2008 y al desastre bancario.
Casi veinte años después, el precio de la vivienda alcanza niveles de aquellos años, el crédito repunta con fuerza y asoman algunos temores del pasado. Hay sin embargo un matiz: el volumen actual de concesión de hipotecas es inferior a la mitad del registrado en el 2006 o en el 2007. En junio, según los últimos datos del Banco de España, la cifra fue de 7.854 millones. De haber burbuja, los bancos se desmarcan de ella, al menos por ahora.
Las hipotecas superan los 41.000 millones en el semestre, pero en el 2006 rondaron los 90.000 millonesLos créditos hipotecarios del primer semestre del año se han situado en 41.238 millones de euros. Es un incremento del 24% con respecto al mismo periodo del año anterior y el dato más elevado desde el 2008, lo que supone de por sí un aviso para navegantes. Sin embargo, dista mucho de los niveles registrados entre el 2005 y el 2007, cuando se superaban de forma recurrente los 70.000 millones. A lo largo del primer semestre del 2006, la cifra rondaba los 90.000 millones.
Los bancos han vuelto a informar en sus últimas cuentas semestrales de una baja morosidad y de una solvencia por encima de las exigencias del BCE, con lo que alejan cualquier duda sobre desequilibrios financieros. Su tesis es que los criterios de concesión de hipotecas son ahora exigentes, con créditos en la gran mayoría de las ocasiones por debajo del 80% del valor de la vivienda, y que las políticas prudenciales mantienen a raya el balance.
La semana pasada, la autoridad bancaria europea, la EBA, publicó su último informe de riesgos del sector bancario, sin advertencias sobre el mercado hipotecario. El único elemento excepcional es que, aun cuando los préstamos problemáticos en España equivalen a menos del 3%, el país es el cuarto con peor resultado de la UE en esta variable.
La contrapartida a la prudencia bancaria está en que acceder a una hipoteca es ahora más difícil. Qualis Credit Risk calcula que en Barcelona o Madrid es necesario tener ahorrados 70.000 euros para afrontar la entrada y los gastos. Mientras, cerca de la mitad de los pisos, según el Colegio de Notarios, se paga al contado, lo que sugiere una creciente polarización entre los que pueden acceder a una vivienda y los que no.
En la reciente presentación de resultados semestrales, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, insistió en la necesidad de “más obra nueva” para resolver un “cuello de botella”, el de la vivienda, que entorpece el crecimiento económico. “No hay ningún elemento que limite el crecimiento de hipotecas salvo el propio precio”, avisó.
El Santander tampoco informa de elementos preocupantes en la concesión de hipotecas. En España hay “un buen comportamiento de la cartera hipotecaria, favorecida por la bajada de los tipos de interés, la menor presión inflacionaria y la fortaleza del mercado laboral”, asegura. Su consejero delegado, Héctor Grisi, ha llegado a usar la palabra “alegría” para describir el momento de este mercado. “El problema de la vivienda en España”, indicó hace unos meses, “no es un tema ni de bancos ni de financiación, sino de oferta”.
El Banco de España ha cifrado en 600.000 unidades el déficit de vivienda, y los visados de obra apenas superan los 56.000, cuando en el 2005 eran de 729.652. La escasez y el efecto de anticipación en las decisiones de compra contribuyen ahora a acelerar las compraventas, el crédito hipotecario y también los precios. Caixabank Research y la Sociedad de Tasación pronostican que los precios subirán un 9% este año.
Desde los bancos, otro de los mensajes es que el Euribor va a la baja y el mercado hipotecario es “muy competitivo”, más que en la media europea, aseguran. La palabra burbuja no aparece por ahora en sus discursos.
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