Neurología: Cómo la inteligencia natural sigue superando a la inteligencia artificial

La IA neurológica aún no ha superado la prueba científica. En la práctica neurológica clínica, la inteligencia natural aún supera a la inteligencia artificial, según un estudio italiano publicado en el Journal of Medical Informatics Research, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Milán y el Hospital Santi Paolo e Carlo de Milán. ¿Puede la IA reemplazar a los médicos en el diagnóstico neurológico? Esta es la pregunta que se plantearon los científicos, considerando que « los Modelos de Lenguaje de Gran Tamaño (LLM, como ChatGpt y Gemini) se estudian cada vez más por su potencial en el campo médico, pero su eficacia en un entorno clínico real aún no se ha probado suficientemente».
Por lo tanto, los autores llevaron a cabo lo que denominan "el primer estudio experimental", diseñado para evaluar las capacidades diagnósticas de ChatGpt y Gemini, dos de los modelos generativos más conocidos, pero sin formación específica en medicina, en un contexto similar al de una primera exploración neurológica. El estudio incluyó a 28 pacientes anónimos que acudieron a la Clínica de Neurología del Hospital San Paolo de Milán. Los resultados muestran que "los neurólogos lograron una precisión diagnóstica del 75 %, mientras que ChatGpt se situó en el 54 % y Gemini en el 46 %. Ambos modelos de IA también mostraron una tendencia a la sobreprescripción de pruebas diagnósticas , en aproximadamente el 17-25 % de los casos". "Este estudio demuestra que, si bien los modelos de maestría en derecho (LLM) como ChatGpt y Gemini tienen un potencial interesante como herramientas de apoyo, actualmente no están listos para la toma de decisiones clínicas autónomas, especialmente en campos complejos como la neurología", afirma Natale Maiorana, neuropsicóloga y primera autora del estudio. "Es importante destacar que trabajamos con versiones públicas y generalistas de estos modelos, sin formación médica específica", afirma Sara Marceglia, profesora de Bioingeniería de la Universidad de Milán y coordinadora de la investigación. "Lo que se desprende es que la inteligencia artificial puede ser útil, pero debe implementarse de forma responsable en los procesos clínicos, con una sólida supervisión humana".
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